En Mar del Plata patotas neonazis atacan con total impunidad.

Por Arturolodetti @latitudgay

Nota publicada por: Por Leandro Alba para Perfil.com

Amenazas, golpes y ataques con armas. El extremismo de derecha crece en la ciudad. El Inadi y la provincia de Buenos Aires, en alerta.

Cuando el reloj de Nevermind marcaba las seis de la mañana, Javier Moreno Iglesias todavía tenía que terminar de acondicionar su bar para la próxima noche. El 14 de febrero estrenaba los primeros rayos del sol. Desde afuera, sobre la calle Moreno, se escuchaba el murmullo del gentío que empezaba el ritual de la despedida. Nada fuera de lo normal. Hasta que un grito lo arrancó de su mundo: “Puto de mierda, salí”. Le siguieron más aullidos: “Puto, salí que te vamos a matar”.
Tampoco se le cruzó por la cabeza pensar que se trataba de una gresca. Lo buscaban a él, al presidente de la Asociación Marplatense de Derechos a la Igualdad (Amadi). A su mente volvieron todas esas amenazas que vivió en las calles de su ciudad. Pero sabía que esto era distinto. Llamó al 911 y dijo que “estaban destrozando el local”, así la policía llegaba más rápido. “Si no ni vienen”, contó a PERFIL Iglesias. Tal vez es porque ese tipo de denuncias les resultan como una música conocida. O, tal vez, es como dice Javier: “Porque la policía los protege. De lo contrario hubiesen llegado más rápido o les hubiesen quitado el arma. Cosa que no hicieron”.

Una operación. “Fue una operación organizada. Llegaron a una hora en que casi no hay nadie, pero se encontraron con mucha gente en la calle. Venían a matarme”, aseguró. Mientras esperaba a los efectivos, se asomó a lo que quedaba de ventana y reconoció al grupo. Javier sabía quiénes eran. Él mismo había elaborado un informe, junto con sus compañeros de la Asamblea por una Sociedad sin Fascismo, en el que detallaba el accionar neonazi. A cada uno de ellos les habían dedicado un párrafo. Sabía lo que podían hacer esos tipos que habían golpeado hasta el cansancio a su amigo Juan Martín Navarro, que habían pintado esvásticas en la casa de Silvina Elías y que ahora iban por él.
Alcanzó a ver a Gonzalo Paniagua, cuyo nombre aparece en el informe. Allí figura como miembro del Foro Nacional Patriótico-La Giachino (Fonapa). La agrupación toma el nombre del capitán de fragata Pedro Edgardo Giachino, que pasó a los libros de historia como el primer caído en la Guerra de Malvinas. Años después, Gabriel Della Valle lo reconoció como la persona que lo había interrogado mientras estuvo en cautiverio en la Base Naval de Mar del Plata, durante la dictadura.
En el documento de la Asamblea también se menciona a Nicolás Caputo, otro de los que integró el grupo que destrozó el frente de Nervermind y que engrosa la fila de la fracción Bandera Negra. Alexander Levchenko se suma a la lista de agresores. Más conocido como “el Rusito”, es un personaje conocido para Javier. En octubre del año anterior lo amenazó de muerte. Esa madrugada, con un arma de fuego en la mano, parecía dispuesto a cumplir su promesa.

Acto. El viernes, el INADI, el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos  Aires y la Asociación de Defensores de la República Argentina (ADRA) lanzaron un servicio de denuncias y asistencia a las víctimas por actos de xenofobia y racismo. “Los agresores ya fueron denunciados en comisarías, en fiscalías provinciales y federales, por hechos de similares características. Para entender lo que sucedió hay que tener en cuenta que hay falta de voluntad judicial”, comentó a PERFIL Silvina Elías, que forma parte de la filial marplatense de La Alameda.  El miércoles 27 de enero, unas horas antes de hacer la entrega al intendente de General Pueyrredón, Carlos Arroyo, una esvástica apareció pintada frente a su casa.
“El relevamiento se hizo, entre otras cuestiones, porque Arroyo había dicho que desconocía el accionar neonazi. Entonces, la intención fue darle herramientas al Ejecutivo y que no tuvieran excusas”, remarcó Elías, que cree que la postura del jefe comunal de Cambiemos es parte de una estrategia para “sacarle entidad al tema”. “El intendente ya se pronunció. No puede realizar declaraciones después de cada hecho policial”, argumentaron desde la municipalidad, luego de los insistentes llamados de PERFIL.

La hermandad. Como si se tratara de un iceberg, los episodios de violencia sólo muestran una mínima parte de lo que esconde ese mar de agresiones, ataques y agrupaciones que cambian su nombre como si tuvieran fecha de vencimiento. En ese trasfondo, una fuerza transversal los reúne: el Foro Nacional Patriótico. Su líder, Carlos Gustavo Pampillón, fue declarado por el Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredón, en noviembre de 2014, persona no grata.
Entre las acciones que motivaron la decisión se encuentra la amenaza a un edil tras retirar el cuadro de Pedro Edgardo Giachino del HCD, amedrentar a alumnos durante una toma en el Colegio Nacional Buenos Aires y por instigar los ataques al monumento de la memoria que recuerda a los desaparecidos por el terrorismo de Estado.  Antes de ser declarado persona no grata,  Pampillón irrumpió en el HCD cuando se trataba la destitución de su presidenta, la radical Vilma Baragiola. En esa oportunidad, el líder de Fonapa se presentó con varios seguidores. Entre ellos estaban Cristian Pomponio y Maximiliano Nelbone, reconocido en la costa atlántica por ser campeón argentino de Brazilian Jui Jitsu. Nelbone es uno de los entrenadores del gimnasio Broterhood. “Es un espacio en el que se entrenan los neonazis”, reveló Javier Moreno Iglesias. “Sean parte de nuestra hermandad”, es el lema del lugar. “Cabe aclarar –advirtió Moreno– que con ese nombre, también, se hacen conocer algunas agrupaciones neofascistas en otras partes del mundo”.
“Todo esto que estamos viviendo empezó hace algunos años, cuando golpeaban a gente que dormía en la calle. Después se la agarraron con las trans, en las plazas. Ahora  están yendo contra los cuadros más políticos directamente”, analizó Juan Martín Navarro, miembro de Amadi, en diálogo con PERFIL.  El 8 de diciembre de 2015 fue atacado por miembros de Bandera Negra, en la intersección de las calles Santa Fe y Moreno –a tres cuadras de Nevermind y a cinco de Broterhood–. Lo golpearon con tubos de PVC rellenos de cemento y le provocaron fracturas en el tabique. Permaneció casi dos días inconsciente en el Hospital Interzonal. Producto de las heridas perdió parte del sentido del gusto y del olfato.
Además de los casos de que da cuenta el informe de la Asamblea por una Sociedad sin Fascismo marplatense son muchas las víctimas que no realizaron la denuncia formal por temor a posibles represalias. Las organizaciones de derechos humanos coinciden en una lectura: el mejor alimento de estos sectores es la impunidad. “Si la Justicia no avanza y los políticos no acompañan, las cosas no van a mejorar”, sentenció Javier Moreno Iglesias.

Fuente: Perfil.com