Comprobamos que las aves despiertan interés de 0 a 100 años, o más
Javier Rico
Sí, ya lo sabemos, el título no pega ni con cola de ave, pero refleja la realidad. Este mes estamos muy activos en Aver Aves. Realizaremos hasta cinco rutas con el IES Altaír de Getafe, nos hemos paseado por Madrid Río con primero de bachillerato del Colegio María Inmaculada y, lo más importante, hemos roto la barrera de la edad con una ruta por el parque de San Isidro. Por primera vez hubo un Aver Aves con peques de entre un año y medio y tres años.
Como adelantamos por las redes sociales: todo un reto nuestro primer Aves Aves con un grupo de menores de siete años. Sí, el salto fue de órdago. Nada de hacerlo con red, con niños y niñas de cinco o cuatro años. Qué va. El salto fue a lo grande, encantadas de tirarnos a una piscina sin agua y con algunos peques que, para empezar, aparecieron en la ruta montados en carritos. “¡Todos abajo!” –se les dijo–, “que vais a comenzar a explorar este parque en busca de pajaritos”.
Y como las aves siempre aparecen para echarnos una mano, sea con personas de noventa años o de año y medio, pues empezó enseguida la dicha. Los peques se hicieron rápidamente amigos de mirlos, golondrinas, verderones, carboneros, abubillas… y hasta de un urogallo. Como lo leéis, un urogallo en el parque de San Isidro de Carabanchel. Pero la explicación a esta aparición queda para quienes se apunten a la próxima ruta.
Hubo tiempo para descansar en la pradera, pero sin dejar de estar acompañados de aves
Por lo visto y sentido junto a Clara, Gael, Darío, Jorge, Paulo y las dos Alba y los dos Lucas, la magia de las aves se instaló en el grupo hasta el punto que pudimos darles de beber y apañar un poquito algún nido, muy moviditos ahora con los pollos recién nacidos de muchas parejas. Las mamás y papás de los peques también disfrutaron y no perdieron ojo ni oído de vencejos, estorninos, cigüeñas, verdecillos, urracas y palomas.
Como siempre, que una de estas familias nos mandara ilusionada poco después una fotografía del mismo parque con una abubilla saliendo del hueco de un tronco nos reafirmó en lo bonito que resulta que cale tan rápido la afición por disfrutar de las aves en nuestros paseos.
Sin salir del insti: vencejo, estornino, mirlo, paloma, gorrión, verdecillo, verderón, urraca…
En estos días también estamos recorriendo el parque de La Alhóndiga con estudiantes de primero de secundaria del instituto Altaír de Getafe. Aparte de disfrutar con la presencia de alcaudones, perdices, ánades azulones, golondrinas, gorriones molineros y abejarucos, recordamos que peligra buena parte de esta diversidad alada si se realizan las obras para ampliar el aparcamiento del Hospital Universitario de Getafe y la instalación de un cable esquí en el lago del parque.
Pillamos a los ánades azulones en plena época de cuidado y adiestramiento de sus peques
Y, de momento, mayo igualmente ha acogido una de las variadas rutas que hacemos cada curso con el colegio María Inmaculada de Carabanchel. En esta ocasión tocó por Madrid Río, y las protagonistas fueron principalmente gallinetas, chorlitejos, gansos del Nilo, ruiseñores bastardos y lavanderas. Al revés que la amenaza que se cierne sobre el parque de La Alhóndiga, aquí se demostró el beneficio para la biodiversidad fluvial que ha supuesto mantener abiertas las compuertas del río Manzanares y dejar que este fluya libre y más limpio.
Infórmate sobre nuestras rutas para colegios, institutos y ampas por parques y jardines de la Comunidad de Madrid.
Contacto: venteaveraves@gmail.com / 617 47 80 17