Uno de estos días, cuando amaine la tormenta cruel que tenemos encima, iré a la parte trasera de la estación de tren de Lucena, a la vera de la residencia bendita en la que estuviste. Me sentaré, echaré un cigarrillo y haré una foto del cielo y pensaré que me estás mirando.
Uno de estos días, cuando amaine la tormenta cruel que tenemos encima, iré a la parte trasera de la estación de tren de Lucena, a la vera de la residencia bendita en la que estuviste. Me sentaré, echaré un cigarrillo y haré una foto del cielo y pensaré que me estás mirando.