En mi nuevo hogar

Publicado el 27 abril 2015 por Rafael Alejandro González Escalona @rafauniversidad

Finalizó mi primera semana como periodista de la redacción cultural del periódico Trabajadores. Oficialmente, y hasta nuevo aviso, no pertenezco a la redacción digital. Y aunque al comienzo lagrimée un poco, estoy intentando sacarle el mejor partido posible.

La redacción de cultura la componen dos periodistas y una estudiante que colabora ocasionalmente. Los periodistas, Rivas y Yuris, son unos tipos chéveres que por años han aceitado la maquinaria de una redacción que corre sin sobresaltos; de hecho, Rivas bromea con que no me machacará, ya que soy el primer hombre que tiene en su redacción en 30 años. La estudiante, Claudia, es una muchacha que pasa los días con el ánimo a media marcha ya que su novio, casualmente un viejo conocido mío, se fue hace poco, por lo que ella está en esa fase semitriste adicta al chat de Facebook que tienen todas las personas cuando su pareja emigra.

La oficina es una habitación pequeña con un montón de buroes y sillas y un par de computadoras. El domingo, en mi primera guardia, estuve toda la tarde intentando acomodar mi espacio de trabajo, y resultó ser una empresa poco menos que imposible. Acostumbrado como estaba a MI silla, MI mesa y MI rincón en la redacción digital, donde después de dos años todo estaba en su lugar exacto, ahora tengo que empezar de cero en un espacio con el que no estoy familiarizado. Como no encuentro el punto justo para la temperatura y la posición del aire acondicionado y no acabo de hallar la manera precisa en que la silla, el escritorio y mi postura se complementen, a cada tanto me revuelvo en mi asiento como un perro con pulgas.

Cosa curiosa, no estoy emocionado por el cambio de trabajo, sin embargo he parido, sin que nadie me los pida, unos cuantos textos -que llamaría mediocres a falta de una definición mejor-, notas en las que trato de decir las cosas de manera distinta a como lo hacemos en las notas habitualmente pero no estoy seguro de estar teniendo éxito. En buena lid, debería empezar a planificar trabajos de manera periódica, un ejercicio que hace mucho tiempo no hago con regularidad. No soy un fan de los sistemas de trabajo que se basan en encargos apresurados y notas informativas de última hora, así que trataré de negociar un punto medio y aprovechar esta temporada para pulir mi escritura periodística con textos un poco más reposados. Quizá logre encontrar el hueco para hacer una serie de entrevistas, o me ponga a hacer reseñas de los libros que sin orden alguno van cayendo en mis manos, qué sé yo. Nada, que el cielo está gris con amenaza de lluvia pero he venido a encontrarme con un oportuno paraguas. Deséenme suerte.


Archivado en: Cuba