Mientras preparo algo con más enjundia, como puede ser el enorme simbolismo que se esconde tras el 11 de febrero, día de la Virgen de Lourdes, mi mente conspiranoica se ha levantado de buen humor y ha poseído mi voluntad, así que rescato el artículo publicado, precisamente, hace justo un año: el 11 de febrero de 2012. Y cada cual, que piense lo que buenamente quiera, o pueda: