Dicen que nuestro verdadero hogar está donde esté nuestro corazón y es por ese motivo que las fronteras y la identidad patriótica es algo tan efímero y subjetivo que nadie debería intentar imponer su criterio identitario sobre otros.
Como ya sabéis, yo soy de Barcelona, y sin querer entrar en discusiones políticas sobre un territorio u otro, mi sentimiento es el de ser catalana, amar a mi tierra y, a pesar de saber cuáles son mis raíces, de donde provienen mis padres, no poder evitar no tener un sentimiento directo con el resto de España. Pero en el fondo, muy en el fondo mío, si me dejo guiar por mi corazón - donde mi amor me lleva- el nombre de París principalmente y otros lugares del mundo como secundarios, llenan mis pensamientos.
No he nacido allí, ni he vivido y muy a mi pesar, ni siquiera he paseado por sus calles en la vida real - mentalmente, no paro de corretear por ellas- pero algo que no tiene nombre, algo que no se puede evitar, como una llamada salvaje, primaria, instintiva, me llama a ese lugar en particular y a otros más...
Mi corazón está dividido en : mitad Cataluña, un cuarto París y el resto, bien repartido, entre Inglaterra, Italia, Suecia y un poco de cada lugar que he visto o tengo planeado ver .
Soy una persona de "tantos por cientos" que a veces se reparten y varían - con alguna constante que otra- pero que hacen que no pueda ser siempre la misma y por ello, no ser capaz de etiquetarme como el resto de gente hace, pretende o exige.
Quizás lo que realmente soy, como todos, pero que muchos olvidan, es ese compuesto orgánico hecho de polvo estelar.... algo que proviene del espacio sideral... algo que no puede llegar a ser 100% racional... como los sueños, como el miedo, como el amor...