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Elegía a las pagodas de Pekín
Dice una voz popular que los ángeles caídos no saben girar en ángulos rectos, y que esperan agazapados en las esquinas hasta que pase alguien que los empuje y los haga a cambiar de dirección. Los chinos, esos hombres sabios que no quieren pleitos con los seres de otros mundos, conocían esta leyenda, y por eso hacen los techos de sus casas con curvas cicloides. Los ángeles que se deslizan por los techos de las pagodas nunca pueden descender, porque son impulsados hacia arriba.
El video Home, de Yann Arthus-Bertrand, es tan revelador como dramático e impactante. ¿Qué hemos hecho, humanos? ¿Cómo es posible que hayamos acabado con todo? ¿Dónde estarán las pagodas de Pekín? Sin pagodas, amigos, el hombre sucumbirá a la estrategia de las sombras.