Delante, el artesano de toda su historia, Martin Scorsese, le señala con el dedo, pide algo para él, para su toro boxeador pero también para su criatura cinematográfica más emblemática después del Travis de Taxi Driver.
Se trata de un momento del rodaje de Toro Salvaje (1980), una de las mejores películas de boxeo de la historia del cine y el ejemplo de un tándem irrepetible:
El Jackie La Motta que inmortalizó Robert de Niro anda muy lejos del KO. Tan sólo está descansando en una punta del cuadrilátero mientras recibe instrucciones para su próximo combate.