En Podemos no es Navidad

Publicado el 27 diciembre 2016 por José Luis Díaz @joseluisdiaz2
Observo que el espíritu fraternal de la Navidad no ha invadido este año la casa común de Podemos. En lugar de desearse paz y felicitarse por el inminente sorpasso, las tropas de Pablo Iglesias aprovecharon que los peces bebían en el río para lanzar un ataque masivo en Noche Buena contra las huestes de Íñigo Errejón, en ese momento acampadas en Belén con los pastores. Para quienes observamos los acontecimientos desde fuera, es una suerte que el arma empleada para este profundo debate de ideas y proyectos que ocupa estos días a Podemos sea twitter. Ni se imaginan las horas de estudio, análisis, lectura de bibliografía y reflexión que serían necesarias para dirimir quién lleva razón en la pelea, si a Iglesias y a Errejón les diera por plasmar en gruesos tochos sus respectivas propuestas para tomar el cielo por asalto.
Claro que aquí no se trata tanto de asaltar el cielo como de asaltar el poder en Podemos, que es de lo que en realidad va esta guerra nada disimulada de las últimas semanas en la que Iglesias defiende el bastión de los ataques del aspirante Errejón. Y para eso, para pelear por el control del partido, la verdad sea dicha, tampoco hace falta andar devanándose demasiado los sesos con elaboradas propuestas llenas de capítulos, apartados y subapartados. Por resumirlo al estilo tuitero, Pablo Iglesias cree que el partido es él y sus circunstancias mientras que Íñigo Errejón piensa que el partido son todos y sus respectivas circunstancias pero con él al frente. 

De ahí se deriva que Iglesias quiera que sus propuestas y su fotografía figuren juntas en la portada del ideario político de Podemos, mientras Íñigo Errejón, menos dado al culto a la personalidad que su compañero y sin embargo contrincante, cree que es mejor separar ambas cosas. Me da la sensación de que, como no depongan los tuits cuanto antes y sellen una paz honrosa para ambos antes de febrero del año que viene, fecha de su segundo congreso, la reunión de Vistalegre Dos se puede convertir en Vistatriste Uno.  
En realidad no me produce insomnio que Iglesias y Errejón se pongan morados a golpes dialécticos ni que parezcan últimamente los Zipi y Zape de la política ni que en sus respectivos entornos un coro de voces blancas lance puyas contra la otra parte. Lo que en realidad me maravilla y me llena de estupor al mismo tiempo es que, quienes protagonizan este entretenido espectáculo con el que estamos amenizando estas fechas tan señaladas, sean los mismos que desembarcaron en la política para regenerarla y acabar con la casta.Quienes sólo veían corrupción, camarillas, conjuras y servidumbres de todo tipo en los partidos tradicionales, han empezado pronto a comportarse exactamente de la misma manera que sus hermanos mayores.
Presumen de primarias pero sólo para los cinco primeros puestos y designan a cabezas de lista – véase el caso de Las Palmas en las elecciones del 20 de diciembre de 2015 -  sin consultarlo más que con su camisa o su coleta. Aquel que osa levantar la voz para denunciar ausencia de democracia interna es aislado o cesado directamente por la “dirección” y aquellos cargos públicos a los que se les descubre un pasado poco respetable se atornillan al sillón como muchos políticos de la denostada casta.
Y no es sólo Podemos: en Ciudadanos, otro partido que también llegó al ruedo político para regenerar la vida pública y acabar con la corrupción de los partidos tradicionales, la dirección maniobra para acallar y a ser posible extirpar cualquier corriente interna de opinión que no concuerde con la del líder y sus allegados. Y en cuanto a la corrupción, si se trata de tocar poder o influencia ante quienes lo desempeñan, siempre se pueden retorcer los argumentos para justificar un oportuno cambio de principios.  Por decirlo en tono bíblico, los hechos nos están permitiendo conocer cuánto había de verdad – poca - y cuánto de marketing político – mucho -  cuando prometían regeneración y aire político fresco los mismos que hoy se pelean por el poder como cualquier partido de los de toda la vida. Dime de lo que presumes...