En política, lo que parece, es

Publicado el 11 septiembre 2013 por El Patíbulo

Opinión

Publicado el 11 septiembre, 2013 | por Agustín Linares

En política, lo que parece, es

Tajante y al grano. Así se expresó el otrora presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo (1981-1982). Le vendría bien recordarlo al Partido Popular, por ejemplo, hace unos meses al aparcar en la puerta de su sede nacional, en Génova 13, una furgoneta de la empresa Ecogesma que rezaba en su lateral: “Destrucción de Documentación Confidencial”.

Lo que parece, es. Y el continuo encubrimiento y defensa que desde el partido realizaron sobre Luis Bárcenas, seguido de la espantada generalizada en cuanto este comenzó a hablar, no parecieron, ni parecen ser, síntomas de que se esté yendo con la verdad por delante.

Lo último, no me lo van a creer, es que se entregaron los ordenadores de Bárcenas al juez totalmente formateados. El juez Ruz -que lleva el caso- debe ser una persona tranquila y tener en su modesto despacho uno de estos pequeños jardines zen tamaño bolsillo, con un rastrillo miniatura con el que arar su fina arena, y así dejar pasar este tipo de cosas. Hay que ser paciente y sosegado, para no comenzar a procesar y meter de una maldita patada en la cárcel a secretarios, becarios o militantes que pudieran haber rondado esos ordenadores, culpables de obstrucción a la justicia.

Seis días después de entrar Bárcenas en la cárcel -SEIS- borraron uno de los ordenadores que contenía la información que, gracias a Dios, el bueno de Luis consiguió llevarse en un pen-drive que entregó a Ruz. Y, ojo, todos los archivos reflejados en el pen fueron realmente creados en las fechas que apuntan (comenzando en 1990) y traspasados en 2011 a dicho dispositivo, según los expertos policiales.

El caso Bárcenas toma un cariz insultante para la inteligencia ciudadana y mucho más para la del magistrado, que el día que se le parta el rastrillo -fuente de su sosiego- bien puede liarse a golpes con el Código Penal en la cara del próximo testigo.