FICHA TÉCNICA:
Dirección: Benicio del Toro, Pablo Trapero, Julio Medem, Elia Suleiman, Gaspar Noé, Juan Carlos Tabío, Laurent Cantet
Guión: Leonardo Padura, Lucía López Coll
Producción: Álvaro Longoria, Gaël Nouaille, Laurent Baudens, Didar Domehri, Fabien Pisani
Fotografía: Daniel Aranyó, Diego Dussuel
Montaje: Thomas Fernández, Rich Fox, Véronique Lange, Alex Rodríguez, Zack Stoff
FICHA ATÍSTICA:
Josh Hutcherson
Vladimir Cruz
Emir Kusturica
Alexander Abreu
Daniel Brühl
Melvis Estévez
Elia Suleiman
Cristela dela Caridad Herrera
Mirtha Ibarra
Jorge Perugorría
Nathalia Amore
Argumento:
Película dividida en siete cortos. El objetivo de los directores es captar la energía y vitalidad que hace de La Habana una ciudad única. Cada capítulo muestra la vida cotidiana de distintos personajes durante un día de la semana. Alejada de los tópicos turísticos, pretende reflejar el alma de esta ciudad a través de los distintos barrios, ambientes, generaciones y culturas. Lugares representativos de La Habana, como el Hotel Nacional, el Malecón, etc. son el escenario común de algunos de los episodios.
El juntar a varios directores para que realicen una serie de cortos con una ciudad como lugar común para sus historias empieza a convertirse en un formato habitual. Después de New York, I Love You y Paris, Je t’aime, se prepara un Sydney Unplugged con el mismo formato, y es entre medias de todo esto que nos encontramos con 7 días en La Habana. Sin embargo, hay notables diferencias entre las postales de Nueva York y París, y este diario habanero.
Para empezar, aquí se intenta presentar una visión mucho más amplia de la ciudad y de la realidad de sus habitantes que en los ejemplos anteriores de este género o formato. La principal diferencia es que los cortos están rodados por directores de todo tipo y de varios lugares del mundo, desde estrellas de cine expatriadas como Benicio del Toro, españoles como Julio Medem, extranjeros como Elia Suleiman o Laurent Cantet y, por supuesto, directores cubanos consagrados como Juan Carlos Tabío. Todo esto conforma un caleidoscopio de visiones internas y externas, de andar por casa y turísticas, costumbristas y voyeurísticas de la realidad cubana.
Así, vemos a los turistas intentar no volverse locos en el caos caribeño, a los cubanos luchar por tener una vida mejor, las contradicciones que existen entre una sociedad desposeída de religiones pero, a su vez, poseída por todo tipo de ritos en los que el cristianismo y el paganismo se mezclan sin ton ni son.
Las estrellas de Hollywood se mezclan con directores de culto, y actores no profesionales para trasladarnos por un rato a la magia y el caos de una ciudad única e irrepetible.