En profundidad: A puerta fría

Publicado el 15 marzo 2013 por Pilarm

FICHA TÉCNICA:

Dirección: Xavi Puebla

Guión: Xavi Puebla, Jesús Gil Vilda

Producción: Ernesto Chao

Fotografía: Mauro Herce Mira

Montaje: Jorge Suárez

FICHA ARTÍSTICA:

Salva: Antonio Dechent

Inés: María Valverde

Mr. Battleworth: Nick Nolte

Toni: José Luis García Pérez

Carmelo: Héctor Colomé

Álex: Sergio Caballero

Argumento:

“¿Cuándo empezó a joderse todo?”, se pregunta Salva en la barra del bar del hotel dónde se celebra la Feria más importante del sector. De vendedor estrella a un paso del despido si en dos días no cierra al menos doscientas unidades. “¿Qué coño ha cambiao, Carmelo, que yo no me he enterao?” Sentado junto a él, Carmelo, su antiguo jefe. Ambos contemplan atónitos el relevo generacional y la deslealtad de un sector que se muestra indiferente con aquellos empleados que ayer eran imprescindibles.

La empresa siempre ha sido un tema que ha fascinado a los cineastas, desde aquel incauto Jack Lemmon que intentaba ascender a costa de su dignidad en El apartamento, hasta la comedia más absurda en Cómo acabar con tu jefe, pasando por la meritocracia de Armas de mujer o la selección de personal de El método Gronholm. En este caso, A puerta fría nos presenta un mundo tan fascinante como escabroso, el de los comerciales y los vendedores.

Antonio Dechent y Héctor Colomé interpretan a dos vendedores veteranos que se están quedando en la estacada, incapaces de seguir el ritmo de las generaciones más jóvenes y atónitos por la falta de respeto y humanidad que reina en el sector. Esta premisa le sirve al director para explorar los trapos sucios de un sector más basado en las relaciones personales que en las profesionales, en las promesas que en los hechos,a través de unos personajes que son perfectamente creíbles dentro de sus estereotipos gracias a los actores que les dan vida, y también a una narración sólida y bien estructurada, sin preciosismos pero altamente solvente y efectiva.

Una película pequeña pero matona que sorprenderá a quien se atreva a darle una oportunidad en estos tiempos en los que los abusos tecnológicos y las criaturas míticas parecen ser los únicos recursos rentables que les queda al cine.