FICHA TÉCNICA
Dirección: Luke Greenfield
Guión: Jennie Snyder Urman
Basada en la novela ¿Me lo prestas? de Emily Giffin
Producción: Hilary Swank, Molly Mickler Smith, Broderick Johnson, Andrew A. Kosove, Aaron Lubin, Pamela Schein Murphy.
Producción ejecutiva: Ellen H. Schwartz
Dirección de fotografía: Charles Minsky
Diseño de producción: Jane Musky
Montaje: John Axelrad
Diseño de vestuario: Gary Jones
Música: Alex Wurman
FICHA ARTÍSTICA
Rachel: Ginnifer Goodwin
Darcy: Kate Hudson
Dex: Colin Egglesfield
Ethan: John Krasinski
Claire: Ashley Williams
Marcus: Steve Howey
Argumento:
Rachel es una abogada de talento en un importante bufete de abogados de Nueva York, una amiga fiel y generosa, aunque, por desgracia, continúa soltera… como no pierde ocasión de recordarle su mejor amiga Darcy, ya prometida. Sin embargo, tras la fiesta en la que se celebra que cumple 30 años, Rachel, la eterna chica buena, acaba inesperadamente en brazos del chico del que ha estado colgada desde que no era más que una estudiante de Derecho, Dex… que resulta ser el prometido de Darcy.
En las frenéticas semanas que preceden a la boda de Darcy, una cosa va llevando a la otra y Rachel se encuentra en una situación imposible, atrapada entre su preciada amistad con Darcy y el amor de su vida.
Típica comedia romántica en la que la chispa salta en el peor momento para uno de los dos protagonistas. Luego viene el reconocer los sentimientos y el tomar decisiones.
Dejando a un lado que el personaje de Darcy quiere ser el centro del mundo, que Rachel es la amiga tímida, Dex es el guaperas y Ethan es el mejor amigo de la chica enamorada, lo único que nos podemos encontrar es el tira y afloja que sufre Dex entre lo que quiere hacer y lo que debe hacer, y la aparición de Claire y Marcus, éste último dándole un toque de humor salido y golfo a la película.
Kate Hudson tiene un papel un tanto exagerado e histriónico que nos hace preguntaros varias veces por qué un tipo como Dex estaría con alguien como ella, cuando no pegan nada como pareja.
El más sensato y el que mejor se deja ver es John Krasinski en su papel de Ethan, con su seriedad y en ocasiones, parece que el único adulto maduro del grupo.
El guión en un intento de sorprender, nos lleva en alguna ocasión a pensar que el final feliz se va a producir, solamente para devolvernos a la realidad y seguir alargando la historia de amor imposible. Y cuando finalmente se produce el final, los últimos minutos de conclusión realmente no son necesarios, ya que realmente no aportan nada a la historia.
En definitiva, nos encontramos con otra comedia romántica con personajes típicos y bastante previsible, aunque eso sí, sirve para desconectar unas horas y no pensar en nada.