FICHA TÉCNICA
Dirección: Joe Wright
Guión: Tom Stoppard, basado en la novela de León Tolstói
Producción: Tim Bevan, Eric Fellner, Paul Webster
Dirección de fotografía: Seamus McGarvey
Diseño de producción: Sarah Greenwood
Montaje: Melanie Ann Oliver
Diseño de vestuario: Jacqueline Durran
Estilismo y diseño de maquillaje: Ivana Primorac
Música: Dario Marianelli
Coreógrafo: Sidi Larbi Cherkaoui
FICHA ARTÍSTICA
Anna Karenina: Keira Knightley
Karenin: Jude Law
Vronsky: Aaron Taylor-Johnson
Dolly: Kelly Macdonald
Oblonsky: Matthew Macfayden
Levin: Domhnall Gleeson
Princesa Betsy Tverskoy: Ruth Wilson
Kitty: Alicia Vikander
Condesa Vronsky: Olivia Williams
Condesa Lydia Ivanovna: Emily Watson
Argumento:
Esta historia atemporal explora la capacidad del corazón humano para amar, al tiempo que muestra la fastuosa sociedad de la Rusia imperial. Nos encontramos en el año 1874. La preciosa y vivaz Anna Karenina lleva la vida deseada por todas sus contemporáneas: está casada con Karenin, un importante funcionario al que ha dado un hijo, y su posición social en San Petersburgo es envidiable. Viaja a Moscú después de recibir una carta de su hermano, el mujeriego Oblonsky, pidiéndole ayuda para salvar su matrimonio con Dolly. En el tren, Anna conoce a la condesa Vronsky, a la que espera su hijo, el elegante oficial de caballería Vronsky. Cuando Anna es presentada al oficial, surge una chispa mutua que ninguno de los dos ignorará.
Levin, un terrateniente compasivo y sensible, es el mejor amigo de Oblonsky y tiene la intención de pedir la mano de Kitty, la hermana pequeña de Dolly, pero no sabe que la joven está perdidamente enamorada de Vronsky. Ante el rechazo de Kitty, el entristecido Levin regresa a sus tierras de Pokrovskoe y se entrega a los trabajos del campo, mientras Kitty descubre con dolor, durante un baile, que su gran amor Vronsky no le quita ojo a Anna Karenina, que parece compartir sus sentimientos.
Anna, en un esfuerzo por recuperar la cordura, se apresura a regresar a San Petersburgo, donde la sigue Vronsky. Ella intenta recuperar su vida familiar, pero no deja de pensar en el joven oficial. Tienen una apasionada aventura que escandaliza a la sociedad de la capital. La situación de Karenin es insostenible y se ve obligado a dar un ultimátum a su esposa. En un desesperado intento por ser feliz, la decisión de Anna resquebraja el barniz de una sociedad obsesionada por el qué dirán, y da pie a las trágicas y románticas consecuencias que cambiarán dramáticamente su vida y la de los que la rodean.
La enésima adaptación de Anna Karenina cuenta en esta ocasión con, a primera vista, un reparto atrayente, el problema es que Keira Knightley vestida de nuevo de época no aporta nada nuevo y que su química con Aaron Taylor-Johnson es poco creíble. Por si fuera poco, al actor le queda un poco grande el papel de Vronsky -y eso que reconozco que en otras películas sí me ha gustado-, pero aquí, este personaje requiere de un poder de seducción y atracción irresistible que no se llega a ver demasiado, puede que por juventud o porque realmente no pega nada con la nueva Anna que tenemos aquí.
Mención aparte merece Jude Law, casi irreconocible con ese aspecto que le da unos cuantos años de más, o los que tiene pero peor conservado. Domhnall Gleeson y Matthew Macfayden están bastante mejor en sus papeles secundarios y a veces parece que sus historias son más atrayentes que la de la propia protagonista.
Lo mejor de esta adaptación es el aire que le ha dado Joe Wright, con esa escenografía tan trabajada y en la que vemos cómo gran parte de la película se desarrolla dentro de un teatro, mientras vemos cambiar los decorados y a los actores que entran y salen de escena con mucha naturalidad. Así va creando una continuidad para que el espectador no se pierda, y a la vez vemos un poco los entresijos de un teatro.
Entre eso y el vestuario, que al ser de época suele ser bastante grandioso y llamativo, es lo que le da algo de vida a la película. Por algo se hizo con la estatuilla de Mejor vestuario. Más allá de eso, aunque la estética atraiga la atención, la sensación general es bastante fría, tanto como lo era la sociedad que vemos representada.
No deja de ser una adaptación más de Anna Karenina, con algún detalle a tener en cuenta. A los que les guste la novela o los films de época, seguro que les gustará, al resto, casi que nos dará igual ya ver sufrir una vez más a esta famosa mujer.