FICHA TÉCNICA
Dirección: James McTeigue
Guión: Ben Livingston, Hannah Shakespeare
Producción: Marc D. Evans, Trevor Macy, Aaron Ryder
Dirección de fotografía: Danny Ruhlmann
Diseño de producción: Roger Ford
Montaje: Niven Howie
Diseño de vestuario: Carlo Poggioli
Música: Lucas Vidal
FICHA ARTÍSTICA
Edgar Allan Poe: John Cusack
Emmet Fields: Luke Evans
Coronel Hamilton: Brendan Gleeson
Emily Hamilton: Alice Eve
Agente Cantrell: Oliver Jackson-Cohen
Capitán Elderidge: Jimmy Yuill
Henry Maddox: Kevin R. McNally
Ivan: Sam Hazeldine
Argumento:
Cuando un loco empieza a cometer horribles asesinatos inspirándose en las obras más tenebrosas del autor, un joven detective de Baltimore se une a Edgar Allan Poe en un intento de penetrar en la mente del asesino para impedir que convierta en escalofriante y brutal realidad cada uno de los cuentos del escritor. Empieza un mortal juego del gato y el ratón que se hace más peligroso cuando Emily, el amor de Poe, es el siguiente objetivo del demente.
Si Poe levantara la cabeza, posiblemente volvería a la tumba inmediatamente. A más de uno le puede parecer que exagero, pero a los fans del escritor esta libre adaptación de la personalidad del escritor no les gustará demasiado. Sí, vale, es una película y hay que adaptar a Poe para la pantalla, pero transformarlo en una especie de Sherlock Holmes canta demasiado, sobre todo porque el supuesto thriller se queda flojo por el camino.
Sin tensión que nos ate a la butaca, poco se puede hacer. Ni siquiera la atmósfera es del todo buena, ya que la fotografía despunta en un par de ocasiones pero el resto del metraje no destaca ni ayuda a la historia que nos están contando. A los que no son seguidores del escritor puede que les resulte curioso los macabros asesinatos que escribía en sus relatos, pero más allá de todo eso, ni John Cusack ni Luke Evans pueden hacer gran cosa.
Es una lástima que la cinta no pueda enganchar ni a fans de Poe ni a gente que desconoce este mundo, a los primeros por la falta de realidad en cuanto a cómo era personalmente el autor, y a los segundos porque el guion se va desinflando y no consigue atrapar el interés.
Al menos sabemos que no habrá una segunda parte. El enigma no da para tanto y el cuervo ya debe haber volado bastante lejos de la escena del crimen.