FICHA TÉCNICA:
Dirección: Nicholas Stoller
Guión: Jason Segel, Nicholas Stoller
Producción: Judd Apatow, Nicholas Stoller, Rodney Rothman
Fotografía: Javier Aguirresarobe
Montaje: William Kerr, Peck Prior
FICHA ARTÍSTICA:
Tom: Jason Segel
Violet: Emily Blunt
Winton: Rhys Ifans
Alex: Chris Pratt
Suzie: Alison Brie
Vaneetha: Mindy Kaling
Argumento:
Tom decide pedir matrimonio a Violet después de un año de relación. Todo parece que va a salir bien, pero los cambios en torno a la vida profesional de ambos les obligan a ir retrasando su boda más y más.
Desde hace ya un tiempo, está claro que tener a alguien como Jason Segel en pantalla es garantía casi segura de que las cosas van a estar hechas con humor y con amor. Eternamente comprometidos va sobrada de lo segundo, pero sin embargo, adolece en partes de lo primero. Y es que, aunque el planteamiento de la historia es interesante y, hasta cierto punto, innovador para una comedia romántica, algunas de sus faltas no perdonan.
Y es que la búsqueda de la comicidad mediante el histrionismo es una baza difícil de jugar, por muy encantandores que quieran ser sus personajes. Emily Blunt interpreta al personaje más creíble, sin embargo, en ocasiones resulta algo sobreactuada y artificial, y es que va a tener que aprender a controlar esos enormes ojos azules y esa sonrisa de anuncio si no quiere que la comparen con Katy Perry allá donde vaya. Jason Segel sigue siendo el gigantón adorable de siempre, pero la evolución de su personaje es un tanto inverosímil y ni siquiera él es capaz de salvar eso. En cuanto a los secundarios, parte indispensable en el género, la verdad es que a pesar de contar con varios de los actores de las comedias televisivas con más éxito de la actualidad, son algo decepcionantes en general, quizás podríamos salvar a Alison Brie y al siempre genial Rhys Ifans, pero en este apartado la cinta es un suspenso.
A esto se le une el hecho de que el metraje sea notablemente más largo de lo habitual en estas películas, y aunque la historia se desarrolle en un marco temporal de cinco años, y parte fundamental de la misma es transmitir el hartazgo que supone para los personajes la espera, lo cierto es que la trama y los gags no están suficientemente bien hilados, y la tensión se pierde.