FICHA TÉCNICA
Dirección: Isabel de Ocampo
Guión: Isabel de Ocampo y Juan Manuel Romero
Dirección de Producción: Arantxa Echevarría
Producción ejecutiva: Chema de la Peña y Beatriz de la Gándara
Dirección de fotografía: José David Montero
Montaje: Mapa Pastor
Música: Antonio Escobar
Vestuario: Mar Bardavío
Maquillaje y peluquería: Susana Rodríguez
FICHA ARTÍSTICA
Evelyn: Cindy Díaz
Ricardo: Adolfo Fernández
Margarita: Ari Rubiano Saavedra
Elisabeth: Sari Bibang
Amanda: Guadalupe Lancho
Argumento:
Evelyn viaja a España desde su pueblo natal en Perú. Piensa que va a trabajar con su prima en un restaurante. Pero es engañada y secuestrada para ejercer la prostitución en un club de carretera. Esta es la historia de un lavado de cerebro; el que transforma a una chica de pueblo en una esclava sexual.
El problema que tienen las películas de denuncia social es que se queden a medio camino y no consigan llegar al público. Las intenciones de la directora son buenas, el problema es que no terminas de empatizar con los personajes que te presentan por alguna razón, no porque las interpretaciones no sean buenas, que son aceptables, o porque la historia no sea interesante, que lo es, pero aún por esas, Evelyn no llega del todo a pinchar en los corazones sensibles.
Sí que hay que admitirle la valentía de rodar una película sobre la trata de blancas de una manera tan personal, a través de las propias chicas que lo sufren, concretamente de la que es engañada para venir a España. Se agradece también que al personaje que hay que odiar, sí que te caiga mal, hay que decir que Adolfo Fernández como chulo está estupendo y aunque roza casi la parodia, da mal rollo en ocasiones -también ayudan algunas escenas con esa fotografía tan oscura y que nos muestra la peligrosidad del personaje-.
Guadalupe Lancho también destaca como la mujer del personaje de Adolfo, una mujer fuerte y con doble cara que apoya a su marido pero mira para otro lado cuando le interesa.
En cuanto a la protagonista, llevar todo el peso resulta arriesgado, sobre todo por la evolución que sufre el personaje, y le falta esa chispa necesaria para conquistar al espectador, pero teniendo en cuenta el complicado papel que tiene encima, no sale mal parada.
Es una propuesta demasiado social quizá para la cartelera, y como decía, no va mucho más allá de lo que debería ser una cinta social, pero al menos se intenta. Podría haber sido peor y que nos pusieramos encima del lado del malo. Dentro de lo malo, al menos quedan los posos, claro que eso sólo no remueve conciencias.