FICHA TÉCNICA
Dirección: Alejandro Brugués
Guión: Alejandro Brugués
Producción ejecutiva: Gervasio Iglesias, Inti Herrera y Claudia Calviño
Dirección de fotografía: Carles Gusi
Dirección de arte: Derubin Jacome
Montaje: Mercedes Cantero
Música original: Julio de la Rosa
Diseño de vestuario: Esther Vaquero
Supervisión de Efectos VIS: Juan Ventura
Supervisión de Efectos Esp.: Juan Carlos Sánchez
Maquillaje: Catalina Montero
FICHA ARTÍSTICA
Juan: Alexis Días de Villegas
Lázaro: Jorge Molina
Camila: Andrea Duro
Vladi: Andros Perugorría
La China: Jazz Vila
El Primo: Eliecer Ramírez
Argumento:
50 años después de la Revolución Cubana, otra nueva Revolución llega a La Habana. Una misteriosa infección está convirtiendo a sus habitantes en muertos vivientes sedientos de carne humana.
Juan, como buen cubano, decide montar un negocio para sacar partido de la situación: “Juan de los Muertos, matamos a sus seres queridos”. Eliminando a los infectados, Juan y sus amigos comienzan a hacer fortuna.
Sin embargo la situación se complica cada vez más. Nadie sabe de dónde proviene la infección ni mucho menos cómo acabar con ella, mientras el gobierno cubano insiste en que son disidentes pagados por los Estados Unidos para acabar con la Revolución.
Muy a su pesar, Juan se va a convertir en un nuevo héroe.
Es un hecho que somos muchos los que nos contamos entre los hastiados por la sobreexposición al fenómeno zombi debido a que, de un tiempo a esta parte, son unos cuantos los que se han subido a ese carro sin aportar algo interesante. Aún así, todavía hay gente que todavía tiene cosas que decir utilizando la metáfora de los muertos vivientes para reírse de una realidad difícil y en ocasiones más terrorífica que lo propuesto por la propia película. Este es el caso de Juan de los Muertos.
Si Shaun of the Dead usaba el universo de George A. Romero como base de su tesis, encontramos que los creadores de Juan de los Muertos se encuentran más cercanos a la trayectoria de Lucio Fulci y otros europeos entre sus referentes. Como era de esperar, la película no deja pasar la oportunidad de criticar el régimen que gobierna Cuba desde hace más de cincuenta años, lo que en muchos aspectos la hace realmente única.
Es precisamente ese ingenio innato de la población cubana el que ejerce de motor de la trama y convierte a un personaje sin oficio ni beneficio en el cabecilla de un grupo dedicado a hacer descansar de una vez por todas a esos seres queridos zombificados que son una molestia para los familiares todavía vivos. En este punto el film se emparenta también brevemente con el mundo del videojuego, al quedar integrado el grupo por una serie de personajes pintorescos, cada cual con una habilidad que lo hace único y que consigue que individualmente luzcan en el momento adecuado.
El acabado del film es algo desigual, ya que depende en parte de unos efectos digitales a ratos grandiosos pero en algunos momentos poco logrados. Realmente no es algo que importe demasiado para el disfrute del film, pero en cualquier caso se echa en falta algo de equilibrio en este apartado. Otro problema técnico y a la vez cultural, impide a los que no hayan vivido en la isla durante una etapa prolongada, entender algunos de los diálogos, ya sea por el particular acento como por un sonido directo no del todo cuidado.
A pesar de ser eminentemente cómico, el film no deja de presentar personajes de carne y hueso que consiguen conectar con la audiencia. La cinta es una buena comedia negra, que a pesar de tener puntos en común con algún que otro título reciente, no deja de tener su encanto y su personalidad propia.