FICHA TÉCNICA:
Dirección: Fernando Colomo
Guión: Fernando Colomo
Producción: Beatriz de la Gándara
Fotografía: José Luis Alcaine
Montaje: María y Antonio Lara
FICHA ARTÍSTICA:
Pablo Picasso: Ignacio Mateos
Guillaume Apollinaire: Pierre Bénezit
Max Jacob: Lionel Abelanski
Fernande Olivier: Raphaelle Agogué
Manolo Hugué: Jordi Vilches
Marie Laurencin: Louise Monot
El Barón: Alexis Michalik
Georges Braque: Stanley Weber
Gertrude Stein: Cristina Toma
Argumento:
Paris 1911. La Gioconda desaparece del Louvre. Picasso y Apollinaire son detenidos y enfrentados. Años antes habían sustraído de un museo dos estatuas ibéricas que inspirarían el Cubismo.
Fastidia bastante ver cómo la dispersión y la falta de ideas sólidas castran una película que podría haber sido una auténtica delicia. Y es que aunque La banda Picasso no haga daño a los ojos, el intento de Colomo por representar tropecientas historias y personajes al mismo tiempo le ha robado a esta película bastantes puntos positivos. Para empezar, los que no esteis familiarizados con la Historia del Arte del siglo XX os vais a volver locos intentando situar personajes, así que si antes de ver la película googleais Pablo Picasso, Guillaume Apollinaire, Georges Braque, Max Jacob, Henri Matisse, Manolo Hugué y Gertrude Stein, seguro que no os arrepentís.
Y es que como ya sabemos quien mucho abarca, poco aprieta, y esto se deja sentir muy mucho en esta cinta. Y es que, Colomo pretende mostrarnos los años más apasionantes del pintor malagueño en París -su amistad con Apollinaire, sus primeros encuentros con Braque y Stein, su rivalidad con Matisse, Las señoritas de Avignón, etc.- pero como no se decide por ninguna de las tramas concretamente al final tenemos un batiburrillo argumental al que le falta coherencia y tensión. Y es que a la hora de metraje todavía nos da la impresión de que estamos en la introducción de la historia, y el dichoso robo de La Gioconda queda relegado al último acto.
Como ya he dicho antes, todo esto fastidia, porque la dirección artística y la fotografía son maravillosas, porque el reparto en general recrea a sus personajes de forma entrañable, aunque no sepamos hasta qué punto realista -tampoco importa, la verdad-, y porque la base histórica es tan fascinante que casi no hace ni falta ponerle un ápice de ficción. En fin, que aún estando lejos de ser un desastre, resulta decepcionante por todo lo que podía haber sido.