FICHA TÉCNICA:
Director: Brillante Mendoza
Guionista: Linda Casimiro:
Productor: Ferdinand Lapuz
Productor Ejecutivo: Didier Costet
Director de fotografía: Odyssey Flores
Diseño de producción: Dante Mendoza
Montador: Kats Serraon
Sonido: Albert Michael Idioma, Addiss Tabong
Música: Teresa Barrozo
FICHA ARTÍSTICA:
Lola Sepa: Anita Linda
Lola Puring: Rustica Carpio
Ditas: Tanya Gomez
Bebong (Hermano de Mateo): Jhong Hilario
Mateo (El Acusado): Ketchup Eusebio
Argumento:
Han matado al nieto de Abuela Sepa para robarle el móvil.
A pesar del dolor que le produce este acto de violencia, la anciana debe ocuparse del entierro. Ella y su familia son pobres y no tienen suficiente dinero para comprar un ataúd y pagar a un letrado para que se ocupe de la denuncia contra el acusado. Pero Abuela Sepa incluso está dispuesta a pedir un préstamo al banco para darle un entierro decente a su nieto y para que se haga justicia.
Abuela Puring está decidida a sacar a su nieto Mateo de la cárcel, aunque le acusen de haber matado sin razón al nieto de Abuela Sepa. Pero la anciana es pobre y no dispone del dinero necesario para la fianza. Cada vez que va a verle y le lleva comida decente, se le rompe el corazón al verle consumiéndose detrás de los barrotes con otros en su misma situación.
En la primera vista, las dos abuelas deben enfrentarse. Ambas son frágiles y pobres, y cada una quiere hacer lo mejor para su nieto. El futuro del caso depende del amor de las abuelas…
Lola es la historia de dos abuelas, ya que Lola es abuela en tagalo, que a su manera intentan ayudar a sus nietos. Una dándole un buen entierro, la otra, intentando sacarle de la cárcel. Al final todo se resume en el amor que tienen las abuelas y el dinero, además de ser ellas las que llevan todo el peso de la familia, algo que se ve desde el primer momento en la película.
El film presenta la realidad de la vida en Manila, Filipinas. Sus calles, sus puestos ambulantes, la oficina del prestamista y de cómo la gente sobrevive con lo poco que tiene y se las tiene que ingeniar día a día. Y no sólo eso, sino que el director también nos muestra las condiciones de vida de la gente que vive en los barrios anegados de agua, en las que el único medio de transporte es una barca.
Durante toda la duración la atmósfera que se respira es gris y de tristeza, lo que refleja muy bien lo que ambas abuelas sienten ante la situación en la que se encuentran. Si bien es cierto que no aparece el optimismo por ningún lado más allá de que ninguna se rinde.
Ambas actrices conmueven y nos hacen partícipes de su dolor y de su ternura, están estupendas en el papel que representan, y el resto del reparto está correcto, ciñéndose a lo esperado, para bien o para mal.
Quizá una de las pegas de la película es que debido a la lentitud con lo que transcurre todo, puede llegar a hacerse más larga de lo que realmente es, aunque hay que reconocer que la lentitud también viene dada porque las protagonistas son abuelas y porque la burocracia y el papeleo en Filipinas es así realmente.
El trasfondo de la historia, en la que no solamente vemos una película, sino una denuncia de cómo son realmente las cosas, por lo que en ocasiones se podría acercar más a la parte documental, hacen de este film interesante y para ver un día con calma, tranquilidad y mucha paciencia.