FICHA TÉCNICA:
Dirección: John Stockwell
Guión: Ronnie Christensen, Amy Sorlie
Música: Mark Sayfritz
Fotografía: Jean-François Hensgens
Montaje: Ben Callahan
Diseño de producción: Tom Hannam
Diseño de vestuario: Tom Hannam
FICHA ARTÍSTICA:
Kate Mathieson: Halle Berry
Jeff: Olivier Martinez
Will Brady: Ralph Brown
Tommy: Mark Elderkin
Luke Brady: Luke Tyler
Zukie: Thoko Ntshinga
Sinopsis:
Katie es la mayor experta a la hora de nadar con los tiburones, y prepara una película documental con su novio Jeff, pero en un error de cálculo hará que en un accidente pierda a uno de sus mejores amigos. Entonces decide retirarse, pero un año después y debido a su mala situación económica se replantea su regreso en lo que será un peligroso trabajo.
Nos llega una de tiburones y reencuentros. Kate y Jeff son los mejores, nadie como ella es capaz de comunicarse con unos animales tan peligrosos y él consigue captar todas las sensaciones con su cámara. Pero justo cuando van a trabajar en un documental que les hará únicos, un accidente se lleva a un miembro de su equipo y Kate, muy dolida, se siente culpable del suceso. Entonces abandona la idea de los tiburones y se dedica a hacer de guía enseñando la fauna marina local a los turistas.
Hasta que transcurre un año y hasta que la oferta ofrece una buena cantidad de dinero y hasta que es el propio Jeff quien se la propone y a quien había abandonado. El conflicto interior no se hace esperar y peldaño a peldaño van encaminándose hacia una situación trágica. Lo más destacable del film son las tomas submarinas, que logran transmitirnos la experiencia de bucear entre animales, con una placidez y estéticas bien conseguidas. El resto del tiempo seremos testigos de cómo los personajes conviven y tratan de resolver sus diferencias.
El problema es, al menos en mi caso, la nula cercanía hacia esos personajes. Tal vez porque el guión no enganche o tal vez porque en el fondo nunca terminas de conectar del todo con ellos. La película va avanzando sin demasiadas novedades y uno asiste a una historia sencilla que acaba convirtiéndose en simple; correcta y con una falta de nervio.