FICHA TÉCNICA:
Dirección: Mike Cahill
Guión: Mike Cahill, Brit Marling
Producción: Mike Cahill, Hunter Gray, Brit Marling, Nicholas Shumaker
Fotografía: Mike Cahill
Montaje: Mike Cahill
Música: Fall On Your Sword
FICHA ARTÍSTICA:
John Burroughs: William Mapother
Rhoda Williams: Brit Marling
Alex: Matthew-Lee Erlbach
Jeff Williams: Robin Taylor
Keith Harding: Rupert Reid
Argumento:
Si te encontraras con otra versión de ti mismo, ¿qué dirías? Y si tuvieras otra oportunidad en una vida exactamente igual que ésta pero diferente, ¿qué te atraería?, ¿qué te asustaría? y, en su caso, ¿qué te detendría?
La primera, provocadora e introspectiva película de Mike Cahill, OTRA TIERRA, cuenta la cruda y conmovedora historia de Rhoda Williams (Brit Marling), una inteligente joven que busca la forma de reparar una terrible tragedia. Vive en un mundo como el nuestro, salvo que, repentinamente, a lo largo de la noche, en el cielo aparece un planeta misteriosamente idéntico –llamado provisionalmente Tierra 2–, como un gigantesco y reflectante espejo gravitando sobre nosotros.
Sería demasiado sencillo clasificar Otra tierra como una cinta de ciencia ficción. Aunque el elemento de ci-fi sirva para enmarcar la historia, lo cierto es que no es sobre lo que trata esta cinta.
Los más quisquillosos se pondrán a criticar el hecho de que es científicamente imposible que, derrepente, un planeta exactamente igual al nuestro aparezca ante nuestros ojos. Pero, como ya he dicho, esta no es una película sobre ciencia. Esta película trata sobre los seres humanos, sobre nuestros defectos, sobre cómo a veces estamos tan preocupados por lo que pasa fuera de nuestra casa, de nuestro país, de nuestro mundo, que nos olvídamos de lo poco que sabemos acerca de nosotros mismos. Esa es la metáfora.
Lo cierto es que Otra tierra es de esas películas que deja una sensación extraña nada más terminar de verla, porque termina en abierto. Porque cuando ya creías que la historia estaba resuelta se abre un interrogante más.
En cuanto al resto, que decir, estamos ante una cinta con una cinematografía muy cuidada – el uso del grano gordo, los planos torcidos y desencajados son más un recurso estético y expresivo que un síntoma de “serie B” – aunque esté hecha con dos duros y media docena de personas, si os habeis fijado en la ficha técnica.
En definitiva, una joya del cine independiente para no perdérsela.