En profundidad: Tan fuerte, tan cerca

Publicado el 16 marzo 2012 por Pilarm

FICHA TÉCNICA

Dirección: Stephen Daldry

Guion: Eric Roth, basado en la novela homónima de Jonathan Safran Foer

Producción: Scott Rudin

Música: Alexandre Desplat

Dirección de fotografía: Chris Menges

Montaje: Claire Simpson

Diseño de producción: K.K. Barrett

Vestuario: Ann Roth

FICHA ARTÍSTICA

Thomas Schell: Tom Hanks

Linda Schell: Sandra Bullock

Oskar Schell: Thomas Horn

Stan, el portero: John Goodman

El inquilino: Max Von Sydow

Abby Black: Viola Davis

William Black: Jeffrey Wright

Abuela: Zoe Caldwell

Argumento:

Tan fuerte, tan cerca, una adaptación del aclamado best seller de Jonathan Safran Foer, narra la historia de la joven mente de Oskar Schell, un ingenioso neoyorquino de once años que, tras descubrir una llave entre las posesiones de su difunto padre, decide registrar con apremio toda la ciudad en busca de la cerradura que abrirá. Un año después de que su padre muriera en el World Trade Center, el día que Oskar llama “El día fatídico”, decide mantenerse unido al recuerdo del hombre que un día le enseñó a través de los juegos a enfrentarse a sus peores temores. Cuando Oskar recorre los cinco distritos de Nueva York en busca de la cerradura perdida, conoce a un montón de personas diferentes, supervivientes a su manera, que le hacen descubrir cosas sobre el padre al que extraña, la madre de la que se siente tan distanciado y el ajetreado, peligroso y confuso mundo que le rodea.

Desde el minuto uno sabemos que estamos ante un niño repelente, a partir de ahí, imposible engancharse a una historia llena de dramas personales, la búsqueda para no perder el recuerdo de un padre que no está y la tensa y nula relación entre una madre y su hijo. Y si encima al niño le damos una pandereta para que suene siempre porque dice que así se relaja, apaga y vámonos.

El niño como actor no es malo, el problema es que el personaje que hace es odioso y no empatizamos con él, ahora, el mérito al chaval no se lo vamos a quitar. Sandra Bullock y Tom Hanks, pues ahí están, haciendo acto de presencia, y Max Von Sydow interpretando al inquilino sin habla es sin duda lo mejor que nos podemos encontrar.

El problema, aparte del niño, es que la película se hace larga y tiene los momentos dedicados a la llorera demasiado visibles y marcados. Se les ve el plumero que está hecha a la medida de los Oscars y no funciona. Eso no quiere decir que una persona sensible no vaya a soltar lagrimillas, que lo hará, pero está todo muy medido al milítremo como para que sea algo natural.

De ahí que uno piense mientras avanza la película: ni tan fuerte ni tan cerca, vete lejos, pero vete ya. Si a eso le sumamos que el supuesto origen de la historia, la muerte del padre en el 11-S no deja de ser una excusa como cualquier otra, ya que el personaje de Tom Hanks podría haber fallecido de un atropello, muerte natural o X, que daría igual, el resultado sería el mismo, realmente no influye demasiado en los acontecimientos.

Tenemos ante nosotros un melodrama fallido, no hay más.