FICHA TÉCNICA
Dirección: NA Hong-jin
Guión: NA Hong-jin
Producción: Popcorn Film, Michigan Venture Capital, Asia Culture Technology Investment, Gemini Investment Corporation
Dirección de fotografía: LEE Sung-je
Montaje: KIM Sun-min
Música: JANG Young-gyu, LEE Byung-hoon
Diseño de Vestuario: CHAE Kyung-hwa
Coreógrafo: YOO Sang-seob
FICHA ARTÍSTICA
Gu-nam: Ha Jung-woo
Myun: KIM Yun-seok
KIM Tae-won: CHO Seong-ha
CHOI Sung-nam: LEE Chul-min
Prof. KIM Seung-hyun: KWAK Byoung-kyu
Mujer del Prof. KIM: LIM Ye-won
Mujer de Gu-nam: TAK Sung-eun
JOO-young: LEE El
Argumento:
En la ciudad de Yanji, entre Corea del Norte, China y Rusia, la mitad de la población vive de actividades ilegales. Un taxista llamado Gu-nam debe pagar la deuda que contrajo con la mafia que permitió a su mujer viajar a Corea del Sur en busca de una vida mejor. Consciente que deberá trabajar durante años para recuperar el dinero, su única solución pasa por aceptar el peligroso trato que le propone el jefe mafioso MYUN: cruzar la frontera de Corea del Sur para asesinar a una persona. No obstante, lo que parecía un plan sencillo pronto se complicará hasta límites inesperados.
Crítica de María:
Cuando se juntan los términos cine coreano, thriller, mafia y violencia lo más probable es pensar en una de esas películas de acción vácuas en las que la historia sólo es un mero pretexto para las escenas de violencia desmesurada, pero lo cierto es que The Yellow Sea aún teniendo todos esos elementos está lejísimos de ser ese tipo de película.
Na Hong-Jin nos presenta un thriller que sí, destaca por su ritmo trepidante, pero en el que la historia no es eso que más o menos pasa entre pelea y pelea. Nos deja tiempo para entrar dentro de la cabeza del protagonista – sentir su dolor, su desesperación, su asfixia -, ir encajando piezas mientras los esquemas se forman y desmoronan al minuto siguiente. Porque sí, las escenas de acción y violencia son impactantes, con una crudeza y salvajismo nunca visto en Hollywood- nada de armas automáticas, aquí se mata a cuchillada limpia-, pero lo que realmente engancha es la estructura de una trama perfectamente montada.
También llama la atención el gran trasfondo social y humano que una película de estas características puede llegar a tener. Por un lado, situar en el mapa la ciudad de Yanji cuya situación política podría describirse como “en tierra de nadie” y, de paso, denunciar el trato inhumano que reciben los inmigrantes ilegales – en Corea y en todas partes. Por otro lado, el tema de los celos en las relaciones personales cobra vital importancia en la historia, abordado desde diversos puntos de vista.
En fin, quién iba a pensar que una película tan entretenida podría tener tanto de donde rascar.
Crítica de Pilar:
Lo primero que hay que tener en cuenta es que estamos ante una película con un metraje bastante largo y que se toma las cosas con calma para contar la historia, nada nuevo dentro del cine asiático. Partiendo de esa base, es cierto que estamos ante una cinta en la que cuando los momentos de acción estallan, no dan respiro, aunque también es cierto que juega bastante con las elipsis para evitar que veamos absolutamente todas las peleas, que son muchas y más o menos sabemos cómo se desarrollan, aparte de ser salvajes por el hecho de usar cuchillos de un tamaño generoso -se ve que allí lo de las pistolas no se lleva-.
Por otro lado, muchas veces nos vamos a encontrar con un movimiento de cámara bastante sucio y descuidado, lo que le da un toque de realismo y subjetividad a la cinta, intentando que nos metamos más, pero no conseguimos llegar a empatizar con el protagonista porque no da tiempo a asimilar tantas emociones juntas.
Todo esto con la mafia, la inmigración ilegal y los chanchullos por sobrevivir como fondo. Además de hacer hincapié en la confianza de las diferentes relaciones que se pueden entablar con otras personas. Claro que ahí está la enjundia y por ahí se lia tanto la trama.
Lamentablemente, a pesar de todos los palos que toca, no es una cinta para pensar y reflexionar en la sociedad que se oculta y sí para disfrutar los momentos bestias que tiene, que es lo más llamativo y lo que se le queda a uno en la retina, pero no por eso deja de ser una película hecha con una intención. Y lástima también de la conclusión final, con lo bien que terminaba, no hacía falta añadir una última escena poco después de los créditos.