Ya vimos en una ocasión las 10 cosas que no es un Community Manager. A raíz de esta entrada, se me ocurrieron unas cuantas más con el CM (profesionalizado, en proceso de aprendizaje o amateur) como protagonista. El objetivo es, como en aquella primera entrada, desmitificar el trabajo del CM ya que, al contrario de lo que muchos se piensan, su labor no sólo consiste en escribir un Tweet de vez en cuando.
Así, partiendo de la premisa de que la labor de un CM va más allá de las propias redes sociales, particulares o corporativas que adminsitra, hoy os traigo algunas de las cosas que, en algún momento, se le pasan a un CM por la cabeza:
1. Un CM piensa siempre en cómo impactar más a su público: subir una foto en Twitter está bien, y hacerlo además en Facebook o en Instagram, también. Esforzarse por encontrar la fórmula que haga que esa fotografía tenga más impacto entre el público, es otra cosa. Las fórmulas son siempre muy variadas, y van desde un titular que enganche hasta un vídeo o llamadas a la acción del lector; pero siempre buscando llegar a más gente y, por tanto, crear más comunidad en torno a la marca, propia o ajena, que gestiona.
2. Un CM piensa en las cifras: el CM tiene que sacar unos datos sobre impacto, audiencias y perfiles de sus seguidores para después elaborar estrategias con ellos e informes de resultados. Por tanto, las cifras son importantes para el CM, tanto para conocer de qué manera su marca puede obtener más repercusión, como para ser capaz de crear un informe con el que justificar por qué opta por una estrategia o por otra y qué resultado ha dado.
3. Un CM piensa en crear conversación y debate: no hay nada mejor que crear conversación entre los seguidores, hacer llamadas a la acción y provocar en ellos una reacción, para conseguir más notoriedad y por tanto, una imagen más visible en los medios sociales. Un CM siempre piensa en cómo generar interés en su audiencia, pero también en cómo ese interés puede desembocar en acciones o conversaciones en torno a la marca.
4. Un CM piensa en informar: sobre todo si la marca que se gestiona es de una empresa, las redes sociales se suelen utilizar como un método gratuito y rápido para atender al cliente. Resolver dudas, informar de nuevas promociones/ofertas y compartir contenido interesante que su audiencia pueda disfrutar, es una de las labores que ha de hacer el CM como informador.
5. Un CM piensa en la competencia: tener en cuenta a la competencia directa es importante para ir (o al menos, intentar ir) un paso por delante. Hay que saber quién es la competencia, observar su comportamiento y adelantarnos a sus movimientos para que, cuando un cliente potencial se vea en la situación de tener que elegir dos servicios similares, se decante por el que más originalidad, calidad y satisfacción le ofrezca (por no hablar del precio, fundamental).
6. Un CM piensa primero en observar: a veces hace falta seguir la trayectoria en redes sociales de una marca o empresa para la que el CM trabaja, antes de marcar unos objetivos y definir una estrategia. Esta observación y especie de “estudio de mercado” es labor también del CM y debe hacerse con tiempo y dedicación.
7. Un CM piensa en las oportunidades y en los riesgos: un CM tiene que saber gestionar las crisis y, a la vez, aprovechar las oportunidades de las redes sociales para sacar la mejor imagen de su marca a relucir. Ser amable, honesto, conciliador y no caer en el eterno error del spam o de ser agresivo a pesar de recibir críticas y respuestas negativas, es fundamental para que una marca en redes sociales sea bien percibida.
8. Un CM piensa siempre en las fuentes: a la hora de compartir cierta información, el CM tiene que intentar ser lo más riguroso posible, sobre todo en la elección de sus fuentes. Si publica datos o informaciones, éstas tienen que estar contrastadas. Fallar en esto puede implicar que la reputación social de su marca o de la de la empresa para la que trabaje, se desplome.
9. Un CM piensa en posicionamiento: generar contenido pensando en el posicionamiento general de la marca, ya no sólo en redes sociales, sino en buscadores, también es labor del CM. Y tiene que hacerlo bien, optimizando el contenido al milímetro sin, sin embargo, perder ni una gotita de calidad.
10. Un CM piensa en sus herramientas: hay muchas herramientas (generalmente de pago, para asegurar la calidad) que un CM utiliza para gestionar sus publicaciones online, verificar sus estadísticas y elaborar sus informes. Éstas son fundamentales en su día a día y saber manejarlas, también aporta un plus de profesionalidad a su perfil.
Y de vez en cuando, como todo ser humano, el CM piensa en tomarse un cafetito y descansar, pero siempre con un ojo apuntando en la actualidad de su sector. Sin duda, con tantas cosas en la cabeza, no es de extrañar que, siendo un CM de verdad, uno acabe un poco estresado, ¿no os parece?
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