Un título duro, lo sé, pero cuando algo va mal, cuando algo grave pasa en nuestras vidas, muchas personas se refugian en la religión. Todos, seguro, hemos visto algún ejemplo de lo que digo. Recientemente lo he visto yo en una persona cercana a mi, no importa quien. Una persona que ha criticado a curas, iglesia y demás de una manera muy dura. Pero ante un problema en su vida, ante un contratiempo importante no ha sabido qué hacer, no ha acudido a quienes hemos querido estar a su lado, no ha acudido a familia, a amigos.... ha acudido a la iglesia. Y me diréis, bueno ¿y qué hay de malo? Pues de malo no hay nada, pero lo importante en la vida es la familia, los amigos, las personas que te apoyan, y lo importante es ser coherente con tus pensamientos y creencias. ¿Qué pasará ahora cuando todo se solucione?. ¿Quitará todas las estampitas y vírgenes que ha puesto por su casa?. ¿O pasará a ser un devoto seguidor de la fe cristiana?.
Lo que está claro es que no estaba preparado para un duro golpe que le ha dado la vida. Se ha desmoronado, ha perdido el rumbo y no ha sabido qué hacer. Diréis que la religión le ha reconducido, le ha enseñado el camino. Yo creo que no, yo creo que ir a misa a diario, rezar y llenar la casa de vírgenes no le ha ayudado. Ese es el engaño, el creer que "algo" o "alguien" sacará fuerzas de donde tu no puedes. Por eso pienso que un psicólogo te hará mejor favor que un cura. Y conste que no digo que la labor del cura sea despreciable, en absoluto. El cura a veces, cuando es bueno, cuando quiere ayudar, hace las veces de un psicólogo de un modo magistral. Cierto que en vez de hacer ver al "paciente" que los logros son propios le hacen creer que dichos logros son por obra divina, pero logros conseguidos al fin y al cabo.
Yo es que pienso que a todos nos vendría bien un psicólogo de cuando en cuando. Nos cuidamos muy mucho el cuerpo, y nos olvidamos de nuestra mente. Somos capaces de acudir semanalmente a sesiones de masaje, de depilación, de bronceado, de pedicura, de limpieza de cutis, hay tantas cosas... Y lo confesamos abiertamente, sin pudor, sin temor. Pero si hablamos de cuidarnos a otro nivel, a nivel emocional, ¡uy! ahí saltan las alarmas sociales. Y si vas no te atreves a confesarlo en público, no vaya a ser que piensen que estás loco, que estás deprimido, que te falta un tornillo. Pues señores, yo no voy al psicólogo, no, pero conste que si no voy es porque económicamente no me lo puedo permitir, pero si algún día tengo dinero como para hacerlo, no dudéis que un par de visitas mensuales haré, y que bien que me va a venir. Qué desahogo, que liberación de tensiones y cuántas cosas podría mejorar de mi misma. Vemos a estos profesionales de un modo desenfocado, los vemos como si solo se hicieran cargo de enfermedades graves, esquizofrenía, psicosis, ... pero ayudan tanto.
A veces nos sentimos perdidos en nuestra vida, sin fuerzas para enfrentar acontecimientos graves, sin rumbo, sin armas para poder luchar y enfrentar situaciones que nos toca vivir. Pues a eso también nos pueden ayudar, a encontrar donde creemos que no hay, y a darnos cuenta que cualquier logro es nuestro, es fruto de nuestro esfuerzo, con lo que nuestra autoestima crece y encima nos da alas para seguir avanzando, nos refuerza.
En fin, como veis pienso que la religión puede ayudar sí, pero solo como una muleta, una muleta sin la cual seguirás cojo. Pero la psicología, la ciencia, nos ayudará a curar una cojera y a aprender a caminar de nuevo.
Cada cual elige, está claro. Yo, personalmente pienso que elegir el camino que nos curará de la cojera es más difícil porque implica un esfuerzo mayúsculo. Una muleta no mitiga totalmente el dolor pero al menos ayuda a seguir hacia adelante.