Hoy el pueblo japonés está de luto. Dicen que es una de las catástrofes más terribles que ha padecido ese país, tan acostumbrado a sufrir terremotos y tsunamis. Los muertos se cuentan ya por millares. Además de cerca de 10.000 desaparecidos. Los evacuados, en más de 300.000. Cinco millones de hogares sin electricidad. Un millón sin agua potable. A eso le añadimos la situación de la Central nuclear de Fukushima, con pérdidas radioactivas con alto riesgo de catástrofe nuclear.
El Tsunami ha barrido pueblos enteros del noreste de Japón. Este vídeo distribuido por la cadena BBC da buena cuenta de ello. Realmente, impactante. La fuerza del tsunami ha sido mucho más mortífera que el terremoto.
Un desastre terrible que se da en el páis mejor preparado del mundo para los terremotos. Esto nos tiene que hacer reflexionar sobre cómo tratamos a la naturaleza, cómo cuidamos el medio ambiente y qué sociedades tan vulnerables hemos y estamos construyendo. Todo un proceso de reflexión que será necesario hacer.
Mi forma de expresar mi solidaridad con ellos es trayendo hoy a uno de sus grandes pintores, Hokusai. Pintor a caballo entre el siglo XVIII y el XIX, (1760-1849), de la escuela Ukiyo-e, de la que fue uno de sus más significados representantes.
Nos ha dejado magníficas obras. Algunas muy conocidas como la que preside la entrada, la famosa "Gran ola de Kanagawa". Quizás otro gran Tsunami que el viviría en aquellos lejanos tiempos. Esta maravillosa obra está en el Metropólitan de Nueva York.
He elegido aquellas de sus obras que reflejan el mar y las olas, tema muy presente en la obra del autor. También son realmente espléndidas sus vistas del Monte Fuji. Pero esas las dejaré para otro día.
Estas 12 imágenes muestran esa naturaleza en acción. Esa tierra convulsa por los terremotos y los tsunamis, patria de este gran artista japonés, es el objeto constante de su inspiración. De ello da buena cuenta su intensa producción dedicada a las olas marinas.