En recuerdo de una persona que mantengo en el recuerdo

Por Covadongamora

Hablando con una persona cercana la semana pasada, vino a mi cabeza una persona que no recordaba desde hacía mucho tiempo, que estuvo muy presente en mi cabeza en un período importante, a la cual aún no le he podido agradecer todo lo que hizo y no sé si lo podré hacer.
Cuando nació Íver, mi segundo hijo que ahora tiene 2 años y medio, por diversas circunstancias de urgencia que ya he contado en el blog, hubo presente mucho personal sanitario: ginecóloga, matronas, enfermeras, pediatra, auxiliares... Los recuerdos, las sensaciones del momento no son agradables, pero sí guardo en el corazón a una persona que quizás médicamente no jugó un papel destacado, pero que emocionalmente tuvo la calidez que faltaba al ambiente y a las circunstancias en que se desarrolló todo.

Recuerdo que desde que entramos al quirófano hasta que nació Íver finalmente por parto vaginal, permaneció a mi lado, al lado derecho, una auxiliar que me decía: "Todo va a salir bien", "venga", "ánimo", "tranquila, el bebé está con Raúl", y mientras era capaz de decir esas palabras rodeada de un ambiente tenso, rígido, nervioso... me cogía la mano derecha y me la acariciaba. Yo no podía hablar, no me salían las palabras y ahora lamento no haberlo hecho.
También recuerdo que me fijaba en su nombre escrito, pues quería poder encontrarla y saludarla cuando todo hubiese pasado, y durante un tiempo lo recordé. Quizás durante el tiempo en el que debí hacerlo, pues ahora no logro traer ese nombre a mi mente.
Antes de salir del quirófano a la sala del "despertar", recuerdo que le apreté la mano y le dije: "Gracias", pero todavía siento que esa palabra no pudo ni puede demostrar todo lo que significó en ese momento. Porque es cierto que hubo un equipo médico formado y eficiente (con sus aciertos, con sus temores y con sus decisiones que forman parte de mi parto, de mi cuerpo, de mi historia), pero en la parte emocional, la parte humana, esta persona tuvo y tiene un lugar especial. 
Me encantaría poder verla, darle un abrazo y decirle todo esto que cuento pues me gustaría agradecerle la humanidad que aportó a una situación complicada y reconocerle su valía a través de las acciones que tuvo. Por el momento no puedo o no encuentro la manera, pero al menos desde este espacio, mi casa, le rindo homenaje. Hay personas que con pequeños (grandes para nosotros) actos, palabras, gestos... aportan mucho a nuestra vida y creo que es justo (y además necesario) reconocérselo y expresarles los sentimientos que generan en nosotros y en el camino de nuestra historia personal.