El riesgo radica en la comparación que inevitablemente hacemos quienes sintonizamos la TV paga para acompañar al Dr. Paul Weston (aquí Guillermo Montes) y a sus pacientes. En una propuesta cuya puesta en escena es tan discreta, contrastamos actores (en el capítulo de anoche, a Gabriel Byrne y Diego Peretti por un lado, y a Melissa George y Julieta Cardinali por el otro) y guiones (allá a cargo de Rodrigo García en la mayoría de los episodios; acá, responsabilidad de Esther Feldman y del también director Alejandro Maci).
Los argentinos estamos acostumbrados a verlo a Peretti en la piel de un psicólogo/psicoanalista; recordémoslo en Tiempo de valientes y Locas de amor. Sin embargo, estos antecedentes lo condicionan menos que el referente de Byrne: en otras palabras, Guillermo se parece demasiado a Paul, no sólo en términos de caracterización física sino en términos gestuales.
Cardinali, en cambio, parece aportarle una cuota más personal a la paciente que en la versión norteamericana encarnó George. Habrá que seguir mirando la serie para ver de qué manera la actriz alimenta el vínculo terapéutico, sobre todo cómo transita el proceso de seducción y casi-casi conquista.
En este primer episodio impresionan especialmente los parecidos de guión, escenográficos y musicales con la producción de HBO. El tiempo dirá si En terapia consigue dejar atrás el fantasma de la adaptación literal (fenómeno que decepciona un poco a los fanáticos de la versión estadounidense) y adquirir un color local que le dé valor propio al trabajo de Dori Media.
Dicho esto, conviene tomar con pinzas los reparos de esta admiradora de In treatment y pedir/buscar opiniones y reacciones entre los espectadores que nunca vieron ni la adaptación de HBO y ni la serie original israelí. Por si hiciera falta aclarar, los comentarios de estos televidentes vírgenes son bienvenidos.
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* Tanto fue así que la firma norteamericana reinicidió con la segunda temporada en 2009 y se animó a producir una tercera original en 2010.