La vida es oír una canción por primera vezen medio de una gran fiestabajo esas epilépticas luces de neón, que solo dejan ver con claridad una vez apagadas.No es difícil brillar un par de segundosy perder las alas por bailar en la tierra.Lo complicado llega cuando quieres marcar la pista y te das cuenta que tienes apenas tres minutos,cuatro con suerte,para destacar entre todos esos que deambulan por tu momento.Intentando robárteloy hacerlo suyo.Una canción que no sabes que te pertenecehasta que el último acorde resuena en tu cabezay comprendes que nadie más podría reclamarla como suyaPero ya es tarde. Porque la música ha dejado de sonar y no queda nadie bailandoy esas luces que tanto odias, han dejado de alumbrarteYa es demasiado tarde para impresionar al mundocon tus grandiosos pasos perdidos que haciéndose hueco en el olvidolo han abandonado todo