En Toledo ya se prohibia fumar en el Siglo XVIII

Por Pablet
Toledo saca a la luz sus documentos más extraños
En el siglo XVIII ya se prohibía fumar, según uno de los papeles 
LOS DETALLES
¿Qué?. El Archivo Histórico Municipal de Toledo saca a la luz documentos curiosos sobre la vida en el siglo XVIII.
Los temas. El botellón en las caballerías, el hacerse pis en la cama que era para ellos una enfermedad llamada 'estrangurría', los problemas con los cerdos en la ciudad o la prohibición de fumar incluso acarreando la cárcel si se era reincidente. Uno de los más llamativos es el currículum de un verdugo.
Rebuscar en los archivos históricos suele acarrear descubrimientos sorprendentes, incluso para los investigadores acostumbrados a analizar todo tipo de documentos. Uno de los más recientes es el hallazgo de tres documentos autógrafos de El Greco en el Archivo Histórico Provincial de Toledo. Tres documentos que los internautas podrán contemplar en la página web de la Junta de Castilla-La Mancha el próximo año y que están relacionados con el pago de un cuadro, un préstamo y un poder de representación jurídica.
Otro archivo toledano, el Archivo Histórico Municipal, ha sacado a la luz en los últimos meses documentos que el propio archivero, Mariano García Ruipérez, califica de «interesantes» por «su contenido y belleza plástica». Desde un verdugo del siglo XVII que envía un original currículum para ejercer este oficio en Toledo hasta cartas de vecinos que demuestran cómo en ese siglo ya existía el 'botellón' y se prohibía fumar en establecimientos públicos. El oficio de 'chapucero', reconocido en el siglo XVII, y la extraña enfermedad de la 'estrangurría', también aparecen en los legajos guardados en este archivo.
El documento más antiguo que atesora el Archivo Histórico Municipal de Toledo es una confirmación del Fuero de los Francos firmado por Alfonso VII en 1136. De época posterior (agosto de 1793) es una súplica remitida por un tal Juan Bello, bordador de la Catedral de Toledo, al corregidor de la ciudad para que ordene el traslado de unas caballerías a otra plaza distinta a las de su domicilio para evitar los efectos de lo que hoy conocemos como 'botellón'.
Esas caballerías «impiden el paso de los vecinos y por más que uno hace no puede conseguir apartarlas de su puerta, sufriendo mil improperios y desvergüenzas», indicaba el bueno de Juan Bello en esta carta en la que se quejaba de la mala educación de los dueños de estos animales, que solían ingerir más vino del debido.
Incontinencia urinaria
También de finales del siglo XVIII (diciembre de 1779) es un bando municipal que aún se conserva en el que se prohíbe fumar en el interior del teatro de la ciudad. El entonces corregidor, Pedro León García Jiménez, aclara que «no se puede tomar tabaco de hoja ni encender yesca en público ni en secreto antes de empezar la comedia ni durante ella y los intermedios». Quien no hiciera caso de este bando se arriesgaba a dar con sus huesos en la cárcel durante 15 días o a cuatro años de destierro en caso de ser reincidente.
Otros documentos del siglo XVIII revelan que ya existía un servicio de recogida de perros y gatos muertos de las calles, que había un problema de salubridad por el excesivo número de cerdos que andaban sueltos a sus anchas y que por entonces se hablaba de la extraña enfermedad de la 'estrangurría' que padecía el hijo de un sedero.
 El mal consistía en «orinarse sin sentir particularmente por las noches y por el día, de modo que no hay ropa para él así de cama como calzones», según explicaba el cirujano Fuente_ Miguel de Huerta.
Fuentes:
http://www.larioja.com/v/20100828/cultura/toledo-saca-documentos-extranos-20100828.html
http://pictures2.todocoleccion.net/fot/2007/05/07/4925846.jpg