En tu orilla me quedo

Publicado el 10 diciembre 2016 por Icastico

Desde el salón de mi casa vi incrédulo una sirena pasar. Me pareció sedosa. Cada vez que emergía lo hacía con tanta fuerza que su pelo se secaba con el aire que desprendía. Su melena competía con el sol. Deslumbraba, ayudada por sus escamas de mujer. Su cola emitía un lenguaje que enseguida entendí. Tenía su propio Braille. Baja, ven –decía agitando el agua. Y mi ser. Supe leer la espuma. Bajé al muelle corriendo a pedir una red prestada. Parecí un loco ante las miradas de los rudos marineros. Nervioso comencé a correr entre las rocas intuyendo que ella me observaba y seguía mi caminar. Busque una cala tranquila al amparo de varias rocas y la esperé. En cuanto me ubicó se acercó y me espumó sus palabras:

Echa las redes para que no pase de largo.

Abre tus brazos

Recógeme despacio…

Y allí en tu orilla me quedo

Por siempre.

Mientras seguía su consejos notó en mi mirada que tuve miedo. Que no sabría como cuidarla…

Tú ya sabes los cuidados que requiere una sirena, Tucho –me aleteó.


Dedicado a Ana Fernández, que lo inspiró.

Foto Pixabay (gracias siempre)