La nueva gallina de los huevos de oro de Hollywood tiene nombre y apellidos: Lin-Manuel Miranda, el enorme éxito del musical Hamilton (que se puede ver en su versión filmada para la plataforma de Disney +) ha supuesto todo un fenómeno cultural y por supuesto musical. La innata capacidad de Miranda para conectar con el público a través de las raíces de su tradición latina supuso no solo su consolidación como fichaje estrella de Disney (ha compuesto la BSO de hasta tres producciones aún por estrenar entre las que se encuentra el esperado live action de La sirenita) sino como autor con una voz propia y muy alta, que resuena en cada rincón de la industria. In The Heights, rebautizado aquí como En un barrio de Nueva York es la adaptación al cine de uno de sus musicales más aclamados y para su salto al cine, se ha reservado un pequeño papel y ha delegado la labor de dirección en Jon M. Chu, virtuoso director de otro muy reciente fenómeno racial en USA como fue Crazy Rich Assians (2018) ¿Qué podía salir mal? Pues evidentemente: nada.
En un barrio de Nueva York cuenta ritmo de cumbia, salsa y jazz la historia de un carismático grupo de vecinos del barrio Washington Heights de Nueva York, una localidad habitada en su totalidad por latinos y afromaricanos que combaten con mucha ilusión y una contagiosa alegría el intenso calor y necesidades de una comunidad de inmigrantes que sueñan con un mañana mejor. Entre ellos destaca el simpatiquísimo Usnavi, un apuesto y adorable joven que lleva un pequeño establecimiento de alimentación y que ha sido criado por Abuela, una señora sin nietos carnales que se encarga de velar por todos y cada uno de los jóvenes de su barrio. Pero la alegría y la positividad están contados pues comienza una cuenta atrás para un apagón eléctrico de todo el barrio y la inminente cuenta atrás para la desaparición del único hogar que han conocido hasta entonces. Pero es justo ahí donde el libreto compuesto por un inspiradisimo Lin-Manuel Miranda da lugar a un derroche de una contagiosa celebración de la identidad cultural de un pueblo que se negó a desaparecer y que encontró la manera de forjarse una leyenda.
En un momento en el que la gente está empezando a regresar a los lastimados cines después de este último y nefasto año, En un barrio de Nueva York es la ocasión perfecta para que el público se reconcilie con las salas y que lo haga con este apasionante canto lleno de corazón,color, ritmo e ilusión. Además es la primera gran contendiente a los Oscars del próximo año capitaneado por un extraordinario Anthony Ramos que derrocha carisma y encanto en una interpretación absolutamente icónica como el centro y alma de toda la producción. Te gusten o no los musicales, es muy difícil resistirse a la contagiosa alegría de una película que está hecha para hacerte sentir mejor y para hinchar los corazones.
Una película y una revolución cultural y musical que independientemente de su paso por las salas de cine, seguro perdurará su legado en el imaginario cinematográfico por los años venideros. En un barrio de Nueva York es una fiesta por la que si te pasas te ganará para siempre.