En un mundo mejor

Publicado el 14 mayo 2011 por Rogolagos
No pudo decir que tuvo miedo
No pudo decir que le dolía
No pudo decir que era salvaje lo que hacía

No pudo llorar como pensaba

No pudo pedir ayuda alguna
No pudo sino tragar en seco su amargura.
*
"Es un hecho aislado..." fue lo que le dijo la profesora a una amiga, porque su hija venía con una cicatriz de un lapiz que le enterraron en un pómulo. El problema es que el niño que le enterró el lápiz, antes le tiró una silla a un compañero, le pegó a dos compañeros y le enterro otro lápiz a otro niño... la profesora con la misma parsimonia les dijo a ellos "es un hecho aislado"... así podrían seguir hasta el día en que las cosas sean graves. Da impotencia cuando es el hijo de uno el que es maltratado por sus pares, dan ganas de sacarle la cresta al otro niño... pero es la contradicción de siempre atacar la violencia con violencia... nuestras autoridades desde siempre han creido que las manifestaciones se aplacan con más violencia, entre esas contradicciones hemos crecido y vivido por años... y aún algunos no entienden que la represión y el miedo sólo generan fantasmas peligrosos que se agrandan hasta volúmenes insospechados... nadie pide que al niño del colegio lo expulsen... sólo que pongan atención y vean que pasa en su casa, porque tanta violencia puede ser sinónimo de lo que en su casa ve a diario... siempre las cosas tienen una explicación puertas adentro que merece ser entendida.
Anton (Mikael Persbrandt) en medio de su consulta médica decide parar de atender de forma urgente a una niña ha recibido un profundo corte en su estómago por la banda de "Big Man" que asola los poblados rurales de Sudán. Son las cosas duras que el médico sin fronteras tiene que ver en las áridas tierras africanas... mientras que en la distancia de su dura realidad. Mientras que en Dinamarca algo huele triste cuando el pequeño Christian (William Jøhnk Nielsen) lee un cuento a viva voz frente al altar de la iglesia, mientras delante de él hay una urna con el cuerpo de su madre recientemente fallecida de cáncer... son de esos tantos momentos ingratos que la vida nos hace vivir. Cuando de un momento a otro las circunstancias nos hacen convertirnos en nuevas personas que caminarán por nuevos rumbos.
Para Christian la vida ha cambiado y para su padre Claus (Ulrich Thomsen) la muerte de su esposa convirtió la relación con su hijo en un muro de hielo por la culpa que dejan las ausencias. La orfandad y la viudez no tienen edad y siempre duelen... aún recuerdo el momento en que mi madre lloraba sola en la silla en que mi abuelo se sentaba por esa sensación soledad que le tocaba vivir ahora. Por lo mismo el vacío generalmente se llena con cambios vitales, por esa razón Claus y Christian se mudan a una vida nueva en Dinamarca, donde el niño ahora tiene que enfrentar a nuevos compañeros... de entrada ve como el grupo de matones del colegio molestan a Elias (Markus Rygaard) por que sus incisivos son grandes. Sofus (Simon Maagaard Holm) el matón del curso tiene amenazado al solitario Elias, algo que de entrada hace que la triste mente de Christian ve que no puede seguir así.
Podemos buscar excusas en lo que vivimos para ver como nos comportamos, pueden ser las separaciones de nuestros padres o los atisbos de reconciliación. Puede ser el hecho de que las autoridades hagan vista gorda de como los niños pelean y son acosados; puede ser la propia pubertad y la corta amplitud que tiene en algunas personas la valentía y la cobardía. El tema es que las reacciones que esas circunstancias tienen son capaces de que un niño como Christian lleno de ira sea capaz de sacar un inflador de bicicletas, un bombín como se le dice en Chile, y comience a pegarle a Sofus para descargar su venganza. En esos mismos días Anton vuelve de África para reencontrarse con su hijo Elias cuando se encuentra con la noticia del maltrato escolar de su hijo... que es lo que un padre que en sus ojos tiene estampada la imagen de la violencia extrema de las guerrillas africanas, en que le toca salvar la vida de mujeres con sus cuerpos destrozados por los corvos asesinos... y a la vez en el mundo que parece ser desarrollado económicamente ver como otro padre mecánico lo amenaza y lo golpea por un arranque de ira... y "peor aún" que él no responda.
Christian no puede creer la imagen de un tipo que golpee al padre de su amigo y éste no responda, así la espiral de violencia puede llegar a horizontes peligrosos... no entiende que cuando la gente no es demasiado inteligente su único argumento es insultar o hacer daño. La venganza es algo que nos ha hecho sufrir en nuestros países por ella fuimos capaces de tomar un corvo hacer heridas en los pechos y lanzar compatriotas desde un helicóptero. Fuimos capaces de quemar gente viva en hornos, fuimos capaces de aguantar por años el miedo y la muerte. No hemos enseñado aún a ser inteligentes, a evitar los conflictos y las mentiras, no hemos sido capaces de denunciar el salvajismo y la injusticia... y aún a veces besamos la espada que mata a los carniceros. Acá estamos en presencia de la construcción de un mundo mejor por parte de Anton, pese a las diferencias entre Sudán y Dinamarca ambas sociedades que parecen tener diferencias abismantes poseen la incomprensión de las víctimas y los victimarios sin darse cuenta, como esas detenciones ciudadanas en que los ladrones de un teléfono movil son capaces de morir a golpes por las víctimas... las cosas se confunden y la racionalidad se pierde en medio de las multitudes en una voz apagada y desvanecida.
Aún falta mucho para construir algo mejor.
Saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Hævnen en Wikipedia
4.- Página de la película
5.- Trailer

6.- Una escena trascendental

* Acerca de los padres, Silvio Rodríguez.