En un punto del camino nos perdimos

Publicado el 27 enero 2015 por Miyu Clementine @amy_blue

AYER Bego me dio la estupenda idea (como siempre que me da ideas ella) de que crease una lista de spotify con la música del blog, así que la hice y aquí os dejo el link por si queréis echarle un ojo o seguirla, o qué se yo, no sé. Iré actualizándola y eso, porque cada vez que aquí deje links los añadiré a la lista; he ido añadiendo a esa lista los links de las entradas pasadas, pero no de todas, porque hay algunas canciones (las japonesas, básicamente) que en spotify no están.

No sabemos qué hacer, no sabemos qué decir, no sabemos cómo afrontar las cosas. A veces hay cosas que nos ofenden, otras, no sabemos cómo tomárnoslas, y a veces, dejamos la vida pasar. No os pasa que echáis la vista atrás y os arrepentís de decisiones que tomasteis? A mí muchas veces, supongo que el error es humano, y supongo que ahora ya no podemos echarnos atrás. A veces pienso que si hubiese seguido otro camino, mi vida sería totalmente distinta, a veces creo, que quizás yo no sería “yo”, sería otra, pero no “yo”.

Cuando una persona habla contigo y te cuenta una situación de su vida no está esperando a que la juzgues, esa persona simplemente, está esperando tu apoyo, no quiere que la juzgues ni que la llames estúpida. Tengo la sensación de que muchas veces, las personas se confunden y juzgan cuando no deberían de hacerlo. Las personas creen saber y cuando les pasa a ellos repiten todos aquellos patrones que acostumbraban a odiar, entonces nos ponemos tristes, nos deprimimos, pensando que nosotros éramos mejor que eso. Al final, también era uno más. Yo quiero pensar que no, que no es así, que la vida nos guarda algo mejor, y que algunos, somos algo mejor. O no, quizás no, quizás todo es mentira, tal vez nos estuvieron mintiendo, a lo mejor, todo era una broma cruel. A veces cierro los ojos, los cierro muy fuerte, y deseo que todo se apague, y deseo vivir en un planeta solitario donde solamente esté yo. Pero nunca ocurre, nunca ha ocurrido, y nunca ocurrirá. Ya no somos niños, verdad? Íbamos por el camino de las baldosas amarillas, ESTABA BIEN, iba BIEN, pero en un punto nos soltamos la mano y nos perdimos, nos perdimos mucho, y ahora no somos capaces de encontrarnos, porque no dejamos piedrecitas para volver a casa, dejamos migas de pan y los pajaritos acabaron comiéndoselas. No sabíamos qué hacíamos, ni siquiera sabíamos que los pájaros se comen el pan y que un bichito-escoba limpió el camino de baldosas amarillas conforme lo cruzábamos, como en Alicia en el país de las Maravillas, y ahora, ya ni siquiera podemos volver a casa. Me pregunto en qué punto del camino de baldosas amarillas empezamos a perdernos: Nos dimos cuenta de que nos perdíamos? Cuándo empezó a pasar? Sabíamos que no podríamos regresar a casa? O quizás es que en el fondo, nunca tuvimos ganas de volver. De todas formas, el camino es largo, y ahora estamos en un lugar con muchas flechitas y no sabemos cuál elegir, y si elegimos mal el camino? Y si elegimos un camino sin salida?! Habrá que volver al túnel? Y si no sabemos cómo volver al punto de partida? Elegimos un camino del laberinto que no tenía ninguna salida, y ahora no sabemos cómo volver: No quiero volver al punto de partida, quiero regresar a casa, pero es demasiado tarde, ya estoy perdida y no me encuentro.

No estoy triste, pero tampoco estoy alegre, es como si hubiese terminado en un estado de resignación. No me pongo triste porque ya he llorado mucho, no me pongo feliz porque no tengo nada por lo que alegrarme; siento entre apatía e indiferencia, estoy en un punto de inflexión extraño. Creo que me he hecho más mala, más fría, más calculadora, medito más las cosas que voy a decir, pero me he hecho peor persona. El mundo nos hace peores, y las personas, eso también. Ya ni siquiera estoy triste, ya no.