¡Enamoraté' con 'Los hombres de mi almohada'

Publicado el 14 febrero 2012 por Njimenez79


Hincharse a hacer horas extras para librar un sábado tiene su recompensa: tienes tu momento Umbral (vas a hablar de tu libro) y conoces a gente muy interesante... ¡¡que hasta te ha leído!! Y si además cuentas como colaboradores con personas cinco estrellas como Nuria Coronado (la voy a fichar de manager... cuando viva de la tecla, claro), Mario (el boss de Saboreatéycafé) o Pilar (el alma de Nuevo Espacio Ítaca, con permiso de Nacho), vuelves a casa con un buen chute de energía.
Primera parada: Saboreatéycafé de Zurbano 56. Con una degustación té afrodisiaco (gratuita, como mandan los cánones de la crisis), el señor Juanjo Ramírez y esta servidora nos dimos a la descuartización de Los hombres de mi almohada, muy bien acompañados de un ejército de lectoras y algún que otro lector, todos ellos capitaneados por Marta Checa, la organizadora de los talleres literarios de Saboreatéycafé.
Entre los que me acompañaron, mi querida madre (qué bien que no se escandalice con mis historias de almohada... y colchón), mi amiga Lorena (¡al fin podemos coincidir!), Francisca, la directora de la revista Paideia, y Carolina, la autora del divertido blog Flying Paranoias (que ha tenido el detallazo de escribir esta reseña del acto).
Después, comida en Zamburiña (qué bien nos trata Eva siempre) y en ruta hacia Alcorcón, donde descubrí una tienda de decoración que va más allá del concepto de florero: Pilar y Nacho han abierto en Ítaca Concept un espacio para el bienestar personal, donde organizan sesiones de coaching, cursos de automaquillaje, talleres para niños... y, desde ahora, también presentaciones de libros. Allí me sumergí tanto en el papel... ¡que me dijeron que más que a dar noticias debería dedicarme a interpretar monólogos!
En esta ocasión me acompañó Mario Crespo, compi de Eutelequia. Hicimos intercambio de libros: él se marchó en compañía de mis hombres y yo me llevé bajo el brazo su Biblioteca Nacional, a la que ya estoy deseando hincar el diente... ¡y de la que tengo la suerte de ser socia!