Esta es una novela a la que no me enganché desde un principio, pero coge ritmo en seguida. Es fácil encandilarse tanto con la actitud relajada y juguetona de Jonathan, que tiene mucha más profundidad de la que parece, como con la protagonista femenina, Natalie, que es inteligente y un poco calculadora sin perder su encanto y dulzura ingenua.
El estilo de Adele Ashworth es un poco cargante, eso sí, en un sentido descriptivo. Muchísima descripción, muy larga, y muchas veces también innecesaria. Vaya, dudo que necesitara saber la altura de las patillas de cuatro nobles que se encuentran una única vez.La historia en sí engancha, y los giros de tuerca que hay alrededor de las esmeraldas y de las necesidades de Natalie, su deseo por el Caballero Negro… son geniales. Muchas veces cuando hay demasiados giros resulta artificial y pesado, pero en este caso cada uno está hecho con tal inteligencia que no puedes evitar admirarte.4. Recomendado