Estudié los 5 años de Derecho en la universidad junto a los hijos de los presidentes de las entonces Audiencias Territorial y Provincial y puedo afirmar solemnemente sin faltar un ápice a la verdad que eran 2 auténticos burros, lo que de ningún modo fue, luego, óbice para que ambos ingresaran inmediatamente en la carrera judicial.
Ayer, oí cómo los periodistas interrogaban al tal Rajoy sobre cuestiones de la más rigurosa actualidad y el tipo no sólo echaba mano a todo el cínico descaro del mundo para no contestar de una manera acorde a lo que se le preguntaba sino que, además, se perdía en constantes balbuceos, “eh, bueno, verán, ejem, ejem, estamos en una situación, ejem, ejem, en la que todo lo que se pueda decir, ejem, ejem, hay que meditarlo largamente, ejem, ejem, para luego llegar a la conclusión de que, ejem, ejem, es mucho mejor no decir absolutamente nada, ejem, ejem, que es lo que yo voy a hacer ahora mismo, ejem, ejem, muchas gracias, y adiós”. Y salió literalmente corriendo por el pasillo este sinvergüenza profesional que tanto criticaba a su antecesor en el cargo por no atender a lo que él y sus asquerosos corifeos le preguntaban.
Ayer, también, leía en los diarios que la hermana de la Cólera de Dios, Esperanza Aguirre, había entrado de asesora de no sé qué en el Ayuntamiento que preside la esposa de Asnar, con un sueldo anual de 45.000 eurazos, de modo que muy pronto comprobaremos que los ayuntamientos, las diputaciones, Fabra el presidente de la de Castellón blasonaba de haber enchufado a más de 5.000 individuos, las delegaciones de cualquier ministerio en las Comunidades y éstas mismas estarán abarrotados con los hermanos, padres, hijos, cuñados y yernos de todos ellos, sí, de los que se saben dueños de esa patria a la que tanto quieren entre otras cosas porque los alimenta, los viste y los aloja en suntuosas viviendas, mientras 5 millones de parados se mueren de hambre por las esquinas de este asqueroso país del que yo quiero bajarme cuanto antes, porque ya me duele la cara de tanta vergüenza que me da lo que hacen estos perfectos cínicos pero todavía más esa inmensa recua de gilipollas que los vota sin darse cuenta de que cada euro que esta gente se lleva de aná se lo está robando a él mismo de su propio bolsillo, pero ¿cómo se puede ser tan gilipollas o es que creen, los imbéciles, que la riqueza cae, como un nuevo maná, del puñetero cielo?, la riqueza es lo que el país produce más o menos espontáneamente y si ellos se lo llevan todo a ti, más pronto o más tarde, no te va a llegar nada, absolutamente nada, puñetero idiota, que no te cansas de votar a estos empedernidos sinvergüenzas.
Pero, eso sí, estos cínicos hijos de mala madre, como buenos tahures, juegan siempre gratis a todos los paños de modo que siempre ganan, vayan a donde vayan las malditas bolas de la suerte, “impar y gana”.
Ahora, con ese cinismo que da el omnipresente dominio de todos los resortes del poder que les han otorgado estúpidamente los españoles, no se cortan un pelo por salir todos los días en la prensa contándonos cómo se reparten todos los puestos de la Administración del Estado, toda esta gentuza que va diciendo constantemente por ahí, que éste no es nunca la solución sino precisamente el problema.
Porque de lo que se trata, además, es de que sus empresas, más o menos camufladas, pero siempre dirigidas por ellos mismos, le birlen al susodicho Estado no sólo la administración sino también la propiedad de los mejores negocios del país mediante eso que ellos llaman privatización pero que no es sino el expolio del patrimonio común de todos los españoles a favor de ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos, mediante ese diabólico invento de las sociedades mercantiles de las que se hacen dueños para siempre con apenas unos ridículos tantos por cientos de la propiedad de sus acciones, de modo que una especie de patán como ese Botín, cuyos genes no puede ocultar de ninguna manera, es el dueño del mayor Banco del país sin tener siquiera un uno por ciento de sus acciones, de modo que maneja como si fueran suyos todos esos inmensos ahorros que el susodicho Banco atesora.
Y así es todo en este maldito país de todos mis asquerosos pecados, que estoy purgando de esta jodida manera antes de dar el portazo definitivo, de modo que, al fin, no he tenido más remedio que comprender por qué se iban tan tranquilos todos los que me precedieron en el camino al Hades: estaban asqueados de convivir con esta gentuza que nos rodea por todas partes y que no hace otra cosa que besarle el culo a esta recua de infames que nos gobierna.