Entre los árboles singulares de nuestra Puebla destacan por su tamaño encinas y nogales (nogueras decimos por aquí). De los que ahora hablamos, cada uno tiene un cachito de nuestra historia y esto los hace más interesantes.
La encina de los Moretes, en la última curva de la carretera de acceso a Puebla de Valles y junto a la era del mismo nombre, tiene 7 metros de altura y una copa máxima de 9 metros. Los chiquillos se encargaban de que fuera la primera que se quedaba sin bellotas.
Encina de los Moretes
Encina de la Heredera
La encina de la Heredera, situada junto al camino de las viñas y sola en medio de una besana de labor. Los abuelos de nuestros abuelos la conocíeron tal y como está ahora. Sus bellotas son muy dulces. De las propiedades medicinales de la encina, hablaremos otro día.
El nogal de Valdelacasa se encuentra en estado terminal. Dicen que en época de trilla, los novios hablaban de amor bajo su sombra. Por la cercanías de las eras y por estar apartado de miradas indiscretas.
El nogal de Valdelacasa
Nogal del Meloso
La noguera del Meloso, a orillas del camino real, impresiona por su tamaño; bajo sus ramas hubo durante años un redil para ovejas.
Lar-ami
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