Desde pequeños soñamos con esto y desde adolescentes empezamos a sentir curiosidad por tener pareja. Incluso cuando en nuestro entorno nuestros amigos más cercanos empiezan relaciones, podemos sentir “envidia”, pensamos que no va a llegar nuestro momento y ansiamos que esa persona se cruce en nuestro camino.
Esto es normal pero ¡cuidado!, no te agarres sin pensarlo a la primera persona que se cruce en tu vida sólo por calmar esa necesidad. Estos momentos en los que no compartimos nuestra vida sentimental con nadie son muy importantes. Y es que para poder estar bien con una pareja, lo primero es estar bien con nosotros mismos.
Estar con alguien no es lo que nos da la felicidad y nunca lo será, es imprescindible sentirnos a gusto con nosotros mismos, saber disfrutar y ser felices en nuestra soledad para que, cuando llegue esa persona podamos compartir nuestro bienestar y felicidad y que esta comparta su bienestar con nosotros.
Si somos capaces de sentirnos satisfechos en nuestra soledad, podremos valorar bien si esa persona es la adecuada para empezar una relación y no nos confundiremos por la ceguera que causa la necesidad insana de estar con una persona a nuestro lado sea como sea.“Somos como tinajas con agujeros, que tratamos que nos llenen y no se puede”. Es decir, pretendemos que nuestra pareja cubra nuestras carencias, tape nuestras necesidades y esto no es posible por la simple razón de que son nuestras y sólo nosotros mismos podemos cubrirlas.¿En estos momentos no tienes pareja? Entonces es momento de prepararse, aprende a disfrutar de la soledad, de tu propia compañía, date cuenta de qué cosas te cuestan, cuáles son tus carencias, cuáles son tus virtudes, qué te gustaría aportar a otra persona y qué te gustaría te aportase.
¿Qué podemos hacer para cuando conozcamos a ese alguien construir una relación sana? Obviamente asegurarnos esto es muy difícil pues influyen muchísimos factores, pero lo que sí podemos hacer es no tener expectativas erróneas, no esperar que esa persona sea nuestra felicidad sino estar dispuestos a compartir nuestra propia felicidad. Esa persona ha de ser un plus en tu vida, y no un todo. Esta es la clave para que cuando empieces esa relación, sientas una mejoría real y no una ilusión que se desvanece con el tiempo…
Mª Isabel NaranjoPsicóloga y Terapeuta Familiar y de Pareja