No es mi objetivo hacer una crítica de la película, sino rescatar de allí una reflexión encerrada ya en su título. Si bien la frase es muy anterior, hago mención a la película, ya que conocí su significado a través de ella y me pareció muy interesante el sentido que se le da.
Resulta que exploradores y navegantes al llegar a un territorio desconocido, no explorado aún por el hombre (terra ignota) dejaban marcas en el territorio y en mapas anunciando a otros navegantes que allí podría encontrarse el peligro. Alimentados por numerosos mitos señalaban estas zonas con la inscripción hic sunt dracones (enontrarás dragones, en latín), o dibujaban criaturas fantásticas.
En la película este término se utiliza en un sentido figurado, haciendo referencia a las dificultades que cruzamos en nuestras vidas. Lo importante será la respuesta que demos. Y antes que eso, reconocerlos y asumirlos, para así poder afrontarlos. El film cruza dos historias, dos personas que deben enfrentar grandes “dragones”, pero cuyas respuestas son claramente distintas.
En nuestras vidas no podremos dejar de “encontrarnos dragones” que quieran acecharnos. Pero recordemos, que a pesar de ello somos artífices del camino que vamos trazando, debemos ser líderes de nuestra propia vida, decidiendo a cada momento cómo enfrentarlos. Debemos estar atentos, buscar y enfrentar los dragones personales.
Si los buscamos, los encontramos.
Si los ignoramos, no los hallamos. Pero allí están de todas formas.
Y permanecen. Y crecen. Y se agigantan, a menos que luchemos contra ellos.
Nacen en nosotros sin poder evitarlo.
Pero si los buscamos, los encontramos.
Y si luchamos, los venceremos.
Son dragones que lanzan llamas, a nuestro corazón, a nuestra mente, a nuestra alma.
Atacan lo más esencial de nosotros.
Son los miedos, son las fobias, nuestra imaginación descarrilada.
Pero hay dragones también por fuera. Son dificultades, situaciones inesperadas.
Si los ignoras, no los ves, pero te terminan quemando.
Si los enfrentas es seguro que puedes vencerlos. La lucha es ardua y puede ser larga.
Empuña tu espada, coge tu escudo. Haz frente a la batalla.
Con audacia, la sabrás ganada.