Cathleen Martin, residente de Atascadero, dijo al periódico The Tribune en San Luis Obispo que en diciembre acudió con su esposo e hijo al restaurante y que todos comieron de la ensalada de pollo tipo chino que ordenó.
El abogado Eric Traut de Santa Anta dijo que el gerente confirmó que la punta del dedo pertenecía a un cocinero.
Una carta de Applebee’s dijo que el restaurante no puede obligar al cocinero a someterse a pruebas, pero un portavoz afirmó que éste estaba dispuesto a someterse a un chequeo.