Habría fallecido por causas naturales en su casa hace un año y tres meses sin que nadie se hubiera percatado de su ausencia en todo este tiempo, han confirmado fuentes policiales.
agencias | Madrid |
Fue el casero de la anciana el que acudió el pasado miércoles a la Comisaría de Policía Nacional el extrañarse porque llevaba bastante tiempo sin saber nada de la mujer, que no contestaba a sus llamadas, según avanzado “Diario de Burgos”.
El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) seguía ingresando puntualmente la pensión de la anciana en el banco, donde había una orden para pagar mensualmente el alquiler, por lo que en ningún momento saltó la alarma. Cuando los policías accedieron a la vivienda encontraron a la mujer muerta, tendida de lado en su cama.
A simple vista apreciaron que la muerte no era reciente y, más tarde, comprobaron que la mujer hacía poca vida social y, pese a que vivía en el bloque de viviendas de la barriada Juan XXIII donde prácticamente todos los vecinos se conocen, en este caso apenas sabían detalles de su vida y solo la conocían de saludarla por la calle.
Al parecer, la mujer había ido a vivir a una residencia de ancianos hace dos años y después regresó, aunque también había permanecido una temporada ingresada en el hospital tras romperse una cadera, por lo que no extrañó a nadie no verla durante más de un año.
Aunque el cuerpo fue enviado al Instituto de Medicina Legal y todavía faltan algunos resultados, todo indica que la muerte de la anciana se produjo por causas naturales, han informado a Efe fuentes del Instituto Anatómico Forense.
Tanto la presencia en la vivienda de tíquets de compra de marzo de 2014 como la fecha de caducidad de algunos alimentos que se encontraban en el frigorífico apuntan a que la muerte se produjo hace un año y tres meses. Según Diario de Burgos, la anciana era viuda y tiene dos hermanos a los que apenas veía.
Fuente: Cubanos por el Mundo