Personal de limpieza del Gran Rex, en Buenos Aires, encontró un paquete sospechoso. La división de explosivos de la Policía trabaja en el lugar y todos los empleados fueron evacuados.
La bomba se encontraba en una de las luces del teatro y tenía un dispositivo para ser activada por señal de celular. Esta situación ameritó la intervención del juez federal Norberto Oyarbide, quien a poco de comenzar la investigación adelantó que el aparato tenía "poder de muerte".
El ex presidente colombiano tenía previsto disertar en el lugar el miércoles. El episodio ocurre días después de que Fernando Londoño, su primer ministro de Interior, fuera blanco de un atentado en Bogotá que dejó dos muertos y decenas de heridos, entre ellos el propio ex funcionario, quien luego culpó a la guerrilla de las FARC por el ataque.