Fue un encuentro que dio mucho de sí y del que salimos con la satisfacción de haber pasado un rato extraordinario hasta el punto que se nos hizo hasta corto.
Sentados en una cafetería una tarde de principios de verano, Fer y su madre, Amalia, esperan una llamada que no llega. Durante las horas siguientes, Fer hará lo imposible por ocultar lo que se esconde tras esa temida llamada que puede hacer añicos la calma que se ha instalado en la familia desde que, siendo apenas un cachorro, R llegó a su vida. Pero quizá esa calma sea más precaria de lo que parece. Cuando el teléfono por fin suena, la noche traerá consigo una inesperada compañía, y con ella llegarán un torrente de confesiones, verdades que quizá no lo eran tanto y las cinco letras de un nombre que, tirando del álbum familiar, Fer deberá atreverse a invocar para que la vida vuelva a mostrarle, a él y a los suyos, su mejor versión.
Un perro no es solo el retrato del fascinante vínculo entre un hombre y su perro, sino también un remolino de emociones en el que confluyen una mirada tierna y cruda al universo familiar y un homenaje al amor en todas sus manifestaciones.
Con un acto conducido por el periodista de Canal Sur Jesús Barroso, la presentaci´`on estuvo llena de anécdotas y situaciones curiosas. Se presentaba el libro “Un perro” pero al perro de verdad, uno llevado allí por un asistente y que bien podría ser el modelo de la portada del libro, no lo dejaron entrar, la responsable a pesar de las consultas de Alejandro Palomas a los asistentes sobre si les importaba compartir el evento con el can, indicó que debido a la normativa vigente del edificio público no permitía su acceso. Nada se pudo hacer para que se le indultara de la norma restrictiva y esto generó hasta un pequeño debate sobre derechos y licencias a la hora de convivir.
Un Alejandro Palomas que se disculpó por no estar al cien por cien debido a un fuerte catarro fue presentado como un traductor traducido, un autor que ha conseguido un éxito de crítica poco a poco, libro a libro, ganándose a sus lectores con libros cada vez más cautivadores.
En esta ocasión, su nuevo libro es la continuación de una saga de libros independientes donde un perro viene a dar equilibrio a unos personajes. Un perro llamado R y no debido a al nombre de Rulfo, el perro del autor, no sabía que nombre ponerle y le puso R, la inicial de Relaciones y finalmente decidió dejarlo así.Nos habló de lo importante que es para él su perro, hasta el punto en que no sabe si es él, el que tiene un perro o es el perro, el que lo tiene a él. Por ello comentó que su novela estaba organizada como su vida, en torno a un perro.
Disfrutamos en todo momento de un Alejandro Palomas muy sincero, que nos regalo frases magistrales, de su manera de ver la vida, de la forma de escribir y los temas que ha querido tratar en su libro.
“Hay que ser idiota para querer a alguien que sabes que no te va a sobrevivir “
Un detalle del amor por su perro es que nos dijo la edad exacta de este, incluido meses y días.
Al comenzar a explicar la razón de las partes de que constaban su novela , lo que le llevó a escribirla, de su preocupación y obsesión por los temas que le surgen y su necesidad de escribir sobre ello, para él, la escritura era un lugar donde abandonarse, algo que considera una necesidad.
Bromeo con la idea de que en sus obras nada es lo que parece, cuando más evidente se ve, menos lo es, “Un hijo es un padre, una madre un hijo y un perro, una familia”. Una forma de escribir que le gusta y de la que opina le funciona muy bien para expresar todas las ideas que tiene.
A medida que pasaban los minutos, el autor iba desgranando la novela y comentando sus peculiaridades, lo que como podéis imaginar, a los que aún no hemos leído el libro, nuestras ganas aumentaban por momentos. Creo que su charla hizo que todos los que allí estábamos descubriéramos muchas más cosas de esta novela de las que podríamos entender solo leyéndola.
Tuvo palabras para sus protagonistas, sobre Fer, del que explico su papel principal, del humor de Amalia, un humor que denomina como muy suyo, con cierto parecido al de los argentinos y con el que arriesgo en “Una madre” y le salió bien. Destacó que una buena abuela, a nivel de creación es magnífica para los objetivos que un escritor puede tener a la hora de introducir un personaje que de juego en historias como las suyas.
Llegado el momento me perdí un poco en el discurso del autor, no por enrevesado, todo lo contario, sólo era capaz de escuchar sus ideas, aislarlas y recapacitar sobre ellas porque si algo genial tuvo la charla, fue que sin lugar a dudas dejó a los asistentes muchos momentos para pensar en cosas tan profundas y cotidianas sobre las que Alejandro nos dio su punto de vista.
Nos hablo del temor a enfrentarse a la vejez de los tuyos, más que a la de uno mismo e ironizaba con que a nadie lo preparan para ello. Una pregunta que lanzó el autor a los asistentes es si pensábamos que la verdad estaba infrautilizada, a la que contesto que para él, la vida pasa muy rápido y no hay que tener miedo a la verdad.
Todos ellos temas que aparecen en su libro como el del perdón, es terrible no perdonar y argumentó lo absurdo que encuentra la frase perdono pero no olvido. La vida es maravillosa para perder el tiempo siendo negativos, por eso su novela es una novela de amor con mayúsculas y nos confesó que el ama mucho la vida.
Creo que quedamos maravillados por poder compartir con Alejandro sobre sus puntos de vista de las cosas de la vida, momentos que hicieron que valiera la pena acudir a su charla. Finalizó augurando futuras entregas y que desde ya, estaba pensando en cómo sorprender al lector con ideas nuevas porque para él, es un desafío y disfruta con ello.
Al finalizar nos encontramos a Félix G. Modroño con el que tuvimos unas palabras sobre la nueva novela que esta preparando y nos contó algunos detalles que nos pusieron los dientes largos.