Muchas han sido las reseñas que se han publicado hasta ahora de "La mujer del reloj" de Álvaro Arbina, la nuestra entre ellas, y es que el libro lo merece. Sin embargo, hoy os traemos una crónica del encuentro que tuvimos con él hace unas semanas, cuando el libro estaba casi recién publicado.
Quedamos en el café Gijón, y es que un lugar como ese, en el que tantos escritores hicieron sus tertulias en su tiempo, era el lugar perfecto para presentar una novela como esta.
Llegamos y nos presentaron a un autor nobel, Álvaro, que aun no se creía lo que estaba pasando, el éxito que estaba teniendo la novela y lo "fácil" que estaba resultando todo.
Junto a su editora, Lucía Luengo, nos sentamos para comenzar una charla en la que lo primero que nos contaron fue cómo había llegado esta novela a la editorial. Lucía nos comentó que la novela había llegado, como tantas otras al formulario que tiene la página web de la editorial. Nos dijo que a ese buzón pueden llegar unas 50 novelas a la semana y que, aunque disponen de colaboradores, no disponen de mucho tiempo para dedicarle a cada una de ellas por lo que la lectura tiene que tener algo que te llame tan poderosamente la atención como para dedicarle un poco más de tiempo que al resto, algo que la diferencie.
En el caso de "La mujer del reloj" lo que llamó la atención a Lucía fue la manera de presentarla. Después leyeron el primer capítulo y se entusiasmó y fue entonces cuando decidió ponerse en contacto con Álvaro para pedir el resto de la novela.
Ahora bien, aunque la novela sea buena, no siempre es fácil darla a conocer y hacer que la gente dé la oportunidad a un autor nobel, por eso, desde la editorial se decidió darle a conocer mediante los ejemplares no venales, plantando "cebos" que hicieran poco a poco crecer la intriga en Twitter y que se comenzara a hablar de la novela antes de haber salido a la venta. Esto funcionó, los ejemplares no venales llegaron, se leyeron, se comentaron y fueron todo un éxito así que la primera parte estaba hecha, ya había reseñas del libro y sobre todo, las impresiones eran muy buenas y se había generado mucha expectación.
Una vez nos contaron cómo había sido ese proceso le tocó el turno a Álvaro de irse soltando y contarnos cosas acerca de la novela.
Lo primero que nos contó es que para él es muy importante la última página de un libro. Es importante que cuando el lector llegue a esa última página y termine, le quede la sensación de que le ha dejado tocado, que le deje pensando unos cuantos minutos.
En cuanto a la estructura que sigue a la hora de escribir nos confesó que cuando él empezó a escribir tenía muy claro el final, ya que era muy importante por la forma de escribir que había adoptado, que es ir preparando al lector, dejando pequeñas pistas a lo largo de toda la novela, para que el final cobre fuerza.
En cuanto a los personajes nos contó que a Julian ya existía antes de ponerse a escribir. Mucho antes de decidirse a escribir una novela ya le tenía en mente pero después empezó la carrera de arquitectura y dejó de pensar en ello. Posteriormente, una tarde, en una cafetería le surgieron de nuevo los recuerdos de ese personajes y es entonces cuando decidió retomarlo y escribir esta historia que le ha llevado dos años.
También a este respecto nos contó que el personaje que más le ha costado escribir ha sido el malo ya que al final lo ve como una víctima.
Durante este tiempo, además de seguir con su carrera de arquitectura, ha leído mucho, no tanto por placer sino por adquirir conocimientos ya que el aprendizaje de Álvaro ha sido totalmente autodidacta. Álvaro leía los libros analizándolos, extrayendo de ellos lo que necesitaba y tratando de leer entre líneas para conseguir obtener las técnicas de escritura necesarias para poner en orden su novela. Nos contó que había leído mucho Ken Follet y Arturo Pérez-Reverte.
En cuanto a la documentación ha sido sobre todo basada en libros de historia, actas de las Cortes de Cádiz, literatura de la época para adquirir la voz y las expresiones, y la lectura de filósofos de la época para entender cómo era el pensamiento de entonces.
Nos confesó que le han llegado a felicitar por haber conseguido transmitir tan bien la atmósfera de la historia, algo de lo que está muy orgulloso.
También nos contó que eligió el siglo XIX porque es una época que le resultaba inhóspita, está lo suficientemente cerca como para el lector la sienta como algo próximo y lo suficientemente lejana como para que despierte interés. Después se dio cuenta de que además es una época que ha sido muy poco tratada en la literatura actual.
Después estuvimos tratando de "encasillar" la novela en una temática y nos dimos cuenta de que no es posible. Esta novela ha conseguido que no predomine en ella ningún género ya que tiene parte de histórica, de aventuras, policíaca, thriller.... lo cual la convierte en un libro muy interesante que pude gustar a muchos tipos de lectores.
Otro de los retos de Álvaro que ha superado con creces ha sido cómo aunar todos esos géneros manteniendo un ritmo constante que haga al lector estar enganchado y no querer dejar de leer.
Finalmente le preguntamos si ya tenía la siguiente novela en mente o estaba inmerso en la escritura de la misma y aunque nos dijo que por supuesto que habría siguiente poco más le pudimos sacar sobre ello. Esperaremos ansiosos la llegada de esta nueva novela de un autor que se augura tendrá mucho éxito en el futuro.
Y entre todo esto llegamos al final del encuentro en el que Álvaro nos agradeció nuestra presencia, nuestra ayuda en la promoción de la novela y se prestó a las fotos y firmas de rigor.
Muchas gracias una vez más tanto a él mismo como a la editorial por contar con nosotras en la lectura previa al estreno de la novela y por invitarnos al encuentro con el autor.