Encuentro con Fernando Fabiani sobre su libro Vengo sin cita.

Publicado el 23 septiembre 2016 por Fesaro

Vengo sin cita es de esos libros que reúnen dos cualidades difíciles de conjugar y que en este caso el objetivo se ha cumplido con creces, enseñar desde el humor  tocando un tema tan importante como es la salud.
 Un servidor que de vez en cuando tiene que acudir al médico se toma ese rato en la sala de espera como un lugar interesante porque disfruto de la espera con un buen libro, pegando la oreja a alguna receta que los vecinas se intercambian, enterarme de lo que se cuece en el barrio intentando volver la cara y los sentidos cuando de males versa la conversación. Creo que lugares como ese son caldo de cultivo para buenas historias, momentos de los que se puede aprender usando lo que nos rodea como experiencias que valorar.
Hablar con Fernando Fabiani es un placer porque transmite pasión por aquello que hace, contagia valores e intenta demostrarte que son válidos a través de algo tan sano como el humor, sin obligar a nadie pero invitando a pasar a su mundo que tarde o temprano alguna vez ha sido nuestro.

Vengo sin cita es un muestrario de situaciones reales pero rocambolescas, surrealistas, divertidas e incluso tiernas que hará las delicias de los sanitarios y de los lectores/pacientes que hayan pasado varias veces por la consulta de su médico... con o sin cita.
Libros en el petate: Con las anécdotas que surgen en todos los trabajos, se podrían sacar libros similares a este. Tú como llegas a dar el paso, como surge o cuando es el momento en que decides planificarlo y ponerte a ello.
Fernando Fabiani: Llega desde dos convencimientos o vivencias, una la vivencia sanitaria y la otra desde una faceta que cultivo mucho que es el teatro. Yo hago teatro y además dirijo una compañía de Clown en la que nos dedicamos a hacer reír fundamentalmente.
Como médico de familia estoy convencido de que no se hace todo lo que se debería por la formación sanitaria, por la educación sanitaria y entonces me surgió el decir si el humor lo estábamos utilizando lo suficiente para esto. Que hay humor es evidente, que pasan cosas divertidas en la consulta también, desde anécdotas, frases, etc. Se podría aprovechar esto para intentar educar un poco en salud, dar algunos mensajes sin pretender ser dogmático ni dar grandes discursos, pero dar pequeños mensajes que puedan ayudar a la gente y me respondí que si y me puse a ello pretendiendo que fuera un libro de humor pero que te quedara algo de fondo. Creo que el humor es un vehículo fundamental para transmitir cualquier cosa y creo que en salud no lo hemos utilizado lo suficiente.
L.P: Viendo tu curriculum, médico, director artístico de la compañía Síndrome Clown, experto en Coaching, tiene uno tiempo de sentarse a escribir un libro.
F.F: El tiempo como para todas las otras cosas es cuestión de buscarlo, son escala de prioridades y uno se va organizando. Le dediqué un tiempo que estuve de descanso porque esto requiere meterte de lleno y aunque lo he podido compaginar con otras actividades ha sido ya en la fase de revisión, relectura, etc. En definitiva se creo principalmente durante el tiempo que estuve de descanso por la necesidad de tener la mente dedicada en exclusiva a ello y no distraerse con otras actividades.
L.P: Me ha resultado curioso que seas director de Síndrome Clown pero siguiendo la carrera artística del grupo no recuerdo que hayas llevado a su repertorio ninguna obra con temática sanitaria.
F.F: No, aunque lo hemos tocado un poco de perfil porque el concepto de salud se utiliza pensando en la enfermedad pero la salud son otras muchas cosas que el hecho de no tener enfermedad. Yo a muchos pacientes les he recetado ir  a ver una obra de teatro porque es lo que necesitan en ese momento y me lo han agradecido tal cual. Yo creo que siempre que uno hace humor está trabajando por la salud. Es verdad que no hemos hecho ninguna obra específicamente sobre el tema sanitario pero creo que el favor a la salud se le hace desde el momento en que se consigue arrancar una sonrisa a quien que lo está pasando mal en esos instantes.
L.P: en este libro colaboras con Laura Santolaya. Cómo surgió esta colaboración.
F.F: No estaba del todo previsto al principio pero conforme se fue configurando el libro tuve claro que el libro tenía que tener un aire desenfadado precisamente porque los temas sanitarios tiran un poco para atrás y lo que yo pretendo es todo lo contrario, que llegue al mayor número de personas posible y que nadie se resista a pasar un poco por él y me pareció que unas ilustraciones podían ayudar a esto. Mire opciones me decante por Laura porque la seguí desde hace tiempo y me parece que tiene un equilibrio perfecto entre ilustraciones simples y mucha información contenida en ellas. Le hice el ofrecimiento directamente y desde el principio estuvo encantada. No hay nada más que ver la portada para ver que las ilustraciones redondean el proyecto.
LP: Un libro con mucho dinamismo, el prólogo, el epilogo, las viñetas y algo que me ha encantado, la sección "Dijo el paciente" . Esta sección de donde surge.
F.F: Son frases diarias que ocurren en una consulta de un médico de familia, absolutamente textuales y me pareció que en un libro en el que se abordan entre otras cosas circunstancias que suceden en la consulta, que mejor forma que ver por un abujerito que escuchar literalmente las expresiones de algunos pacientes. Tiene dos cosas que son muy buenas, por un lado son muy divertidas y por otra nos damos cuenta de la riqueza del lenguaje que utilizamos. Hablamos de riqueza del lenguaje y pensamos en gente muy culta, leída o formada, pero la gente más sencilla, más llana tienen expresiones que detrás de ellas existe mucha retranca, ternura y mucho que decir y me pareció que era un complemento perfecto que ilustra muy bien muchas de las situaciones.
L.P: Algo que me sorprendió y para bien leyéndolo y releyéndolo es tu descripción de médico de familia. Qué es ser médico de familia.
F.F: El libro tiene muchos objetivos y uno de ellos es reafirmar el papel del médico de familia. Ser médico de familia es ser el medico de toda la vida, en el sentido en el que es el medico que tienes a tu lado para lo que necesites, el único medico al que le puedes pedir cita cuando quieras. Es el que te mira a los ojos y te escucha, el que tiene esa capacidad de quitarte el miedo frente a algo que no tiene importancia, que te puede señalar algo que debes mirar con más atención. El médico de familia no sólo te ve a ti, es también el medico de tu núcleo familiar y de tu comunidad y eso da un abordaje global y una perspectiva que hace tomarlo desde una forma psicosocial porque tratamos lo social pero también la parte psicológica y es una lástima que haya gente que no sepa que existe una especialidad que es medicina de familia que dura 4 años y siguen pensando que el médico de familia es el que acaba la carrera y no hizo especialidad alguna y acabo siendo médico general. Pues tas cosas hay que explicarlas y el libro es una buena excusa para hacerlo.
L.P: Pues ya aprovecha y descríbeme el libro para todos aquellos que a estas alturas ya empiezan a picarles la curiosidad.
F.F: Es un libro que te hará reír y conseguirá que te sientas identificado en muchas circunstancias, que hace que comprendas muchas cosas que antes no entendías y seas más protagonista de tu salud y de tu vida porque con ese humor te va a dar claves que pueden ayudarte a tener mayor autonomía en tu salud y esta es sin duda una de las cosas más importantes que tenemos y todo ello siempre con una sonrisa.
L.P: Humor, anécdotas y otros temas similares pero en este libro también encuentro mucha dosis de pedagogía, me da que has querido concienciar al lector en ciertos temas.
F.F: Sin duda, yo tenía claro una cosa y es que quería hacer un libro divertido pero a mí personalmente los libros sólo de anécdotas me pierden interés. Yo creo que el humor hay que utilizarlo para hacer algo y esto, extendido a los libros, al teatro, aprovechando esa vía para hacer pedagogía, a un nivel para entender un poco más a tu médico y lo que este ha pasado y haciendo un intento para que la gente comprenda ciertos temas que son muy importantes y sobre los que no reflexionamos como el abuso de pruebas y medicamentos, nos ponemos en manos de cualquiera para que nos pongan dietas que son una auténtica barbaridad. Creo que hay muchas cosas sobre las que debemos reflexionar y por qué no hacerlo con una sonrisa y ese ha sido en todo momento mi propósito.
L.P: En mi ha surtido efecto y he entendido muchos de esos aspectos pero por qué crees que a nivel institucional falla a pesar de carteles, campañas.
F.F: Hay un gran déficit en educación sanitaria y no hablo de normas, hablo de formarnos en salud, no tengo muy claro si es que no hay mucho interés al respecto. Muchas veces políticamente nos deslumbran con el trasplante de un brazo o sobre un tratamiento milagroso cuando hay veces que porcentualmente de eso se benefician muy pocos pacientes y en cambio de lo que nos afecta a todos diariamente, los problemas de salud diario nos dan con nuestro medico cinco minutos por consulta. Hay cierto hospitalcentrismo y nos olvidamos de esa medicina de trinchera, del contacto día a día. Entre eso y el déficit de educación sanitaria y los intereses de determinadas industrias, tanto alimentarias, farmacéuticas que muchas veces casi que crean enfermos para favorecer ciertas pautas de consumo que influencian al paciente y es ahí donde sí los médicos de familia deben hacer todo lo que está en nuestras manos para informar en salud y me gustaría que este libro aportara un poco de eso.
L.P: Me gusta ese puntito de crítica que tiene el libro, al hiper demandante, al consumo excesivo de medicamentos, etc. Pero que te han hecho los remedios naturales.
F.F: No, (risas), los remedios naturales nada, soy un gran amante de ellos. Pero hay que separar el remedio natural (un dolor de garganta se cura con un vaso de leche caliente antes que con cualquier medicamento). Otras cosas son determinadas industrias que se han montado con multitud de terapias, muchas de ellas sin ningún estudio científico que las avale. Lo que sí quiero asegurarme es de que la gente sepa que son “terapias” que no han demostrado eficacia y me veo en la obligación de informar ya que nunca se me ocurriría prohibir.
L.P: Continuando con la crítica y mojándote un poco, cómo ves el estado de salud de la sanidad andaluza.
F.F: Complicada, creo que la sanidad pública tienen una enfermedad crónica que es que es incurable porque cuando uno establece una puerta abierta a todo el que quiera venir sin coste, esto nunca va a ser rentable pero es que no debe serlo y cuando algo no es rentable en momentos de crisis esto es complicado pero yo quiero pensar que aunque sea una enfermedad crónica no nos matara y que no desaparecerá porque pienso que es vital que al ciudadano, ya tenga más o menos recursos económicos pueda ofrecérsele atención sanitaria.
L.P: Yo he sacado en conclusión que al final uno tiene que conocer su cuerpo y que una de las mejores medicinas es el humor. Estás de acuerdo.
F.F: Completamente y que al médico hay que ir lo justo y necesario, que el sistema sanitario es peligroso. Es peligroso cualquier acto médico, cualquier pastilla si uno le las indicaciones, puede tener un montón de efectos secundarios. Los médicos deberíamos poner en la puerta “Entrar en la consulta tiene riesgos” porque todo lo que hacemos los tiene. Hasta cualquier prueba que se haga un paciente puede llevar encadenado una serie de actuaciones que desemboquen en otros riesgos. La sanidad es útil cuando es necesaria, cuando hacemos un abuso de ella, estamos poniendo en riesgo nuestra salud.
L.P: Por qué usas a Teo (el protagonista) y no has usado a Fernando Fabiani.
F.F: El uso de Teo tiene dos partes, una es porque aunque lo que aparece en el libro es absolutamente verídico, esto no es una biografía y no querría que lo fuera. He seleccionado determinados contenidos para ciertos fines que hemos comentado y luego por otra parte, cuando uno busca el humor aunque sean hechos reales, el humor por definición exige un punto de exageración, de provocación y acidez que yo estoy encantado de explotar pero que traduce exactamente lo que yo pienso (por ejemplo a mí al contrario que Teo me encanta que mis amigos me consulten si necesitan de mi profesión).Otro motivo es que me pareció interesante hacer un pequeño homenaje puesto que realmente el nombre de Teodoro Jarcia es una transformación del nombre de un médico británico, Sir Julián Tudor Hart que describió la ley de los cuidados inversos y que es una de las leyes más importantes de la medicina y que dice “A las personas que más cuidados necesitan se les suele cuidar menos y a las personas que menos  cuidados necesitan se les suele cuidar más”. Esto es una cosa que debemos tener muy en cuenta porque si nos relajamos se nos escapa y me pareció muy bonito hacerle un guiño oculto a este hecho.
L.P: Por curiosidad, intuyo que podría haber una segunda parte.
F.F: No lo sé, es algo que no me he planteado con total sinceridad pero si es verdad que hay temas que se han quedado en el tintero y que por lo tanto podrían venir en una segunda parte  pero también es cierto que en esta aventura que es la escritura cuando uno se pone a escribir se te encienden otras cosas que me apetecería escribir  también con humor pero hablando de otros temas, así que hay para otro libro por supuesto pero si existirá ese libro o antes habrá otra cosa aún no me aventuro a contestar.
L.P: Es que al final me ha parecido que dejabas una puerta abierta.
F.F: Si porque esa puerta tiene que quedar abierta, hay mucho aún por escribir y me encantaría que otros compañeros siguieran esa línea, la de utilizar el humor para decir cosas importantes y ayudar a la gente a que divirtiéndose aprenda cosas importantes de su salud.

L.P: A mí me ha gustado mucho, creía que iba  ser un libro con mucho más humor y tiene el justo y necesario para que no sature y además enseñar una serie de cuestiones muy importantes.
F.F: Muchas gracias, creo que hay que llenar ese vacío que existe en la educación sanitaria personal de cada uno.
L.P: Fernando muchas gracias a ti por todo, ha sido un verdadero placer pasar consulta contigo.

F.F: Gracias a ti.