Los encuentro literarios con cualquier escritor suelen ser fantásticos. Cada uno aporta su propia visión del arte al que se dedican y nos dejan con algo más en lo que pensar.
Al menos, los buenos escritores.
Esos a los que admiras por su forma de escribir y de pensar, y por cómo plasman todo eso en las palabras que salen de sus manos y llegan hasta nosotros por las páginas de sus obras.
Begoña Oro es una de esas
Divertida, extrovertida y natural. Así fue para mí esta encantadora mujer que no paró de responder a nuestras preguntas, pasando de una cosa a otra, divagando entre frase y frase en una muestra de lo rápido y genialmente caótico que debe ser el curso de sus pensamientos.
Compartimos anécdotas y vivencias personales (¿sabáis que Croquetas y wasaps se gestó en una ascensión por el Himalaya? ¿O que Pomelo y limón fue escrita en un momento muy difícil para esta autora?), diferentes puntos de vista, reflexiones sobre la literatura juvenil o no, como la eterna pregunta de dónde empieza y dónde acaba, o si existe realmente la censura en ella y de quién es la responsabilidad o la culpa.
También nos habló de su vida, de dónde y cómo había trabajado y de cómo esto había afectado a su forma de escribir. Pasamos por su etapa de "oficinista de la escritura" hasta encontrarnos con la escritora que es ahora, sencilla en su método, pero cuidadosa en cada palabra.
No sé si la asustamos un poco, porque de repente una sensación de que aquella charla empezaba a ser más profunda de lo habitual me asaltó. Pero, sinceramente, espero que no. Porque este primer contacto cara a cara con esta autora que he tenido me ha dejado con ganas de más.
Espero volver a verte pronto, Begoña (y, a ser posible, sin que esté sentada sobre las piernas de alguien a falta de más sitio y haciendo malabarismos para no caerme encima de ti y muerta de vergüenza, como pasó en los Templis xD).
Podéis leer también una crónica del ncuentro en el blog del Club de Lectores Contenedor de Océanos y en el blog de Begoña Oro.
Nos leemos ^^
Ana