Enemigos públicos (Michael Mann, 2.009)

Publicado el 17 diciembre 2010 por Rugoleor @rugoleor

Título original: Public Enemies

Director: Michael Mann

Guionistas: Ronan Bennett

  Michael Mann

  Ann Biderman

Intérpretes: Johnny Depp

  Christian Bale

  Marion Cotillard

  Billy Crudup

  Stephen Dorff

  Channing Tatum

  Leelee Sobieski

  Giovanni Ribisi

  Emilie de Ravin

Productores: Michael Mann

  Kevin Misher

Fotografía: Dante Spinotti

Música: Elliot Goldenthal

Montaje: Jeffrey Ford

  Paul Rubell

Nacionalidad: Estados Unidos

Año: 2.009

Duración: 140 minutos

Edad: 13 años

Género: Biográfica, Crimen, Drama, Histórica, Suspense

Distribuidora: Universal Pictures International Spain, S. L.

Estreno: 14-08-2.009

DVD Alquiler:  

DVD Venta: 10-12-2.009

Página WEB: Ficha completa en IMDb

  Web Oficial de la película en España

  Web Oficial de la distribuidora en España

  Tráiler de la película en YouTube

Calificación:

Crítica: 6,876 Espectadores: 1.234.607

Vizcaya: 7,334 Recaudación: 7.369.437,27 €

España:   Puntos (Popularidad):  

Rugoleor:   Ratio de popularidad:  

Sinopsis:

“Enemigos públicos” es la historia del legendario bandido de la época de la Gran Depresión, John Dillinger, el carismático atracador de bancos que se convirtió en el objetivo número uno del incipiente FBI de J. Edgar Hoover y de su mejor agente, Melvin Purvis, y en un héroe popular para el sufrido pueblo. Nadie era capaz de detener a Dillinger y a su banda. No había cárcel que se le resistiera. Gracias a su encanto personal y a sus osadas fugas era aplaudido por casi todo el mundo, desde su novia Billie hasta el hombre de a pie que no sentía simpatía alguna por los bancos que habían hundido el país en la depresión. Las aventuras de la banda de Dillinger, que posteriormente incluiría al psicópata Baby Face Nelson y a Alvin Karpis, entretenían a la mayoría, pero J. Edgar Hoover tuvo la idea de servirse de la captura del bandido para empezar a transformar su "Bureau of Investigation" (Oficina de investigación) en lo que sería el FBI. Convirtió a Dillinger en el "enemigo público número 1 de América" y lanzó a Purvis, el apuesto "Clark Gable del FBI", tras él. Pero Dillinger y su banda siempre pudieron con los hombres de Purvis en alocadas persecuciones y tiroteos. Para apresar a Dillinger y a sus hombres, Purvis acabó contratando a un equipo de ex policías de la costa oeste (a los que llamaron agentes) y recurriendo a traiciones épicas, una de ellas protagonizada por la notoria "Dama de rojo" y otra por Frank Nitti, el jefe mafioso de Chicago.

Máximo estilista de thriller americano, Michael Mann se vuelca ahora en el cine de gángsters para llevar a cabo un curioso experimento: una película de guión clásico realizada con las más avanzadas cámaras digitales que sumergen totalmente al espectador en acción. Johnny Depp brilla en la piel del primer delincuente consciente de su público. Christian Bale es el hombre del FBI que le da caza, también en un momento de cambio, cuando las nuevas tecnologías se implantan en la agencia de Hoover.

Crítica:

15.08.2009 – ANTON MERIKAETXEBARRIA

Cerco de odio

Con “Enemigos públicos” estamos ante un filme policiaco clásico, en su estilizada descripción de la vida de uno de los gangsters más célebres de la Gran Depresión americana, John Dillinger, apodado 'Jackrabbit' ('Liebre'). Filmado como si de una novela 'hard-boiled' se tratara, el 'thriller' de Michael Mann se enmarca en una Norteamérica corrupta, apocalíptica, una jungla de asfalto y neón donde impera la ley del más fuerte. Los nombres de Moran, Legs Diamond, Capone, Bonnie & Clyde, Ma Baker o Dillinger, temidos y reverenciados, se rodean de un halo legendario. Es precisamente en esta longitud de onda con la que Mann resuelve su película.

En el fondo, el gangster arriesgaba su vida para que la rubia platino siguiera masticando chicle. Este aforismo nos permite comprender bien a las claras la intríngulis de un título como “Enemigos públicos”, puesto que hampones, policías, mujeres fatales y detectives letales se persiguen y destruyen repitiendo constantemente un idéntico movimiento, trazando un ballet sangriento, enloquecido, que acaba configurando una especie de enfebrecida pesadilla expresionista, resuelta con brío por su máximo responsable.

La historia podía haber sido tratada de manera sórdida, y el modo con que son fotografiados unos decorados voluntariamente sombríos hace, en un primer momento, creer que va a ser así; por el contrario, la elegancia visual de Mann, la ternura con que contempla a su protagonista y la conmovedora forma con que es encarnado por Johnny Depp, convierten a la película en una de las más notables reflexiones sobre la dificultad de vivir vistas últimamente en una pantalla. Violento final de una auténtica leyenda urbana, atrapada al final de una noche que no tenía mañana posible, con las venganzas satisfechas y después de tanto delito, de tanto crimen, de tanto muerto, de tanta traición y de tantas injusticias e intrigas desmelenadas. Pasen y vean, el espectáculo está no solamente servido, sino asegurado.