Adam, es un profesor de historia en la Universidad. Lleva una vida tranquila, monótona, y demasiado gris. Un día, por salirse un poco de su rutinaria vida, acepta una recomendación de película, y al verla en su casa, se da cuenta de que uno de los actores secundarios es idéntico a él. Investiga en las redes, y ve más películas, hasta que por fin, da con el contacto del actor. Es idéntico hasta en el hablar, pero no todo es bueno en el encuentro. Su doble, es todo lo opuesto a él, y su encuentro, va a tener unas consecuencias, que no se esperaba.
Basada libremente en un relato de José Saramago (El hombre duplicado), la película plantea un montón de preguntas, que ni el relato de las escenas, ni el guión (Javier Gullón), ni su director, están dispuestos a resolver. Y es que es así, ves toda la película queriendo saber más, metiéndote de lleno en esa atmósfera opresiva que su director tan bien sabe crear, y nada, lo que te asaltan, son más y más preguntas. Hasta que llega el final, donde entonces, ya te quedas con cara de no saber que ha pasado, y si estas viendo la película acompañado, con un silencio incomodo, donde no sabes que decir, ni que comentar, por miedo a demostrar, que en realidad no te has enterado de nada. Pasados esos breves momentos, supongo que lo que tocaría decir, es que mie... es esto (en el caso de que no te haya gustado), pero si te pasa como a mi, lo que estas deseando es hablar, charlar, conversar sobre la película, y teorizar sobre sus múltiples interpretaciones.
Sin duda, uno de los aciertos de la película además de el reparto, es la fotografía, y la puesta en escena. Como ya he dicho Villeneuve, es un artista recreando atmósferas opresivas, y sin duda, esta vez esta potenciado por esa fotografía llena de matices amarillo, naranjas y grises, que es lo que más creo quiere reflejar.
Enemy
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